jueves, 21 de octubre de 2010
Encanto genético por los reality shows
¿Podría nuestra fascinación con los programas de TV de vidas reales (reality TV) ser una predeterminación genética?.
De acuerdo con, al menos un experto, la respuesta es sí.
"Estos programas pueden apelar a algo reptil en nuestro cerebro," dice Bob Thompson, director del Centro para el Estudio de la Televisión Popular de la Universidad de Syracuse. "Los seres humanos en todo el mundo tienden al voyerismo".
Instinto de supervivencia
De hecho, Thompson cree que entrometerse en las vidas de otros aumentaba las probabilidades de supervivencia de decenas hombres primitivos hace miles de años.
"Era una información importante cuando una persona se asomaba a la cueva de al lado y se encontraba que había mucho más en los huesos que lo que habían en su cueva", dice. "Esta gente debe estar haciendo algo, porque están comiendo más de lo que son. Creo que es una tendencia humana a ser curiosos, a buscar en el botiquín cuando estás en el baño de los demás. Los reality shows nos abren una ventana a otra del mundo."
Bob Thompson, profesor de la Universidad de Syracuse ve la televisión de realidad como una forma de arte contemporáneo.
Los reality shows vienen en muchas formas: desde concursos (Survivor), hasta los que siguen las actividades del día a día (Jersey Shore).
Bob Thompson cree que parte del atractivo es similar a cuando los conductores reducen la velocidad al pasar por donde ha ocurrido un accidente.
"Los reality shows son como un accidente esperando a suceder", dice Thompson. "Es el equivalente de sacar una gran sala llena de cuadros, llenarla de objetos frágiles y jarrones de cristal, ponerlos al borde de la mesa y dejar correr a 10 gaticos. Encienda la cámara, usted sabe que va a ser emocionante. En unos 15 minutos todo el vidrio va a estar en el suelo vuelto pedazos."
Experimento social
Los reality shows no son un fenómeno exclusivamente estadounidense.
"Definitivamente es global", dice Thompson, quien señala que la mayoría de televisión en este género comenzó fuera de Estados Unidos.
El programa "Pop Idol" en primer lugar brotó en el extranjero y fue re inventado para Estados Unidos con los otros temas y las personas. Esta versión mejorada se convirtió en el gran éxito, "American Idol".
Thompson considera que estos programas son un experimento social interesante.
"Es como una especie de documental, pero lo que está documentando son situaciones artificiales. Estas personas son cuidadosamente seleccionadas. Ellos se ponen en situaciones controladas, artificiales y entonces, y sólo entonces, se enciende la cámara para grabar lo que la gente sin guión en mano van a hacer", dice. "Incluso en Jersey Shore, esas personas no se conocían entre sí y nunca habrían estado en esa casa en la costa. Usted consigue un montón de gente y hace como un experimento de química."
Mark Cronin es productor de televisión de realidad en Estados Unidos, con un título en ingeniería química de la Universidad de Pennsylvania. El utiliza su conocimiento para crear la química entre las personas que pone en sus programas. Cronin ha producido programas como, "Charm School", "Rock of Love" y "I Love NY".
"Los programas de realidad muestran personas cuyo pensamiento no tiene filtro, una persona que te dice lo que siente y no oculta lo que está pensando", dice Cronin. "Ellos tienen una personalidad extravagante y esta no es una habilidad muy fácil de promocionar en ningún otro campo, aparte de los programas de realidad."
Fenómeno global
Los reality shows de Estados Unidos están muy de moda en el extranjero. Estos son muy baratos de producir y como son tan populares en Estados Unidos, ya han creado su propia fama.
Cronin vendió su compañía, Mindless Entertainment (Entretenimiento sin cabeza), a una empresa internacional que empezó a mostrar los programas de realidad estadounidense en el extranjero.
"Nuestros programas se pueden ver en muchos países de Escandinavia, Europa, hasta el Oriente Medio e incluso en Asia. También venden los formatos del programa para ser producido localmente y con idioma apropiado.”
Bob Thompson, del Centro para el Estudio de Televisión Popular de la Universidad de Syracuse no cree que la televisión de realidad es una moda pasajera. De hecho, él lo ve como una forma de arte contemporáneo.
"Para entender una cultura, no sólo hay que saber acerca de sus líderes, sus guerras y la historia económica, hay que saber acerca de sus canciones de amor, los adornos de jardín y los programas de televisión", dice Thompson.
"Al exportar cualquier tipo de cultura, o la programación, la narración de cuentos o lo que sea, esas cosas se convierten en embajadores del país de origen en los lugares donde se proyectarán estas imágenes. Y crean todo tipo de estereotipos e impresiones", concluyó el especialista en cultura popular.
Esto podría ser visto como un impacto negativo de la televisión realidad.
"Da un poco de miedo. Si la gente afuera aprende sobre que es Estados Unidos sólo por ver la televisión de realidad, tendríamos una muy mala opinión del país", dice Thompson.
A pesar de sus reservas, Thompson sigue considerando la televisión de realidad divertido de ver. Y obviamente no es el único ya que millones de personas en todo el mundo también disfrutan de ellos.
Fuente:horacero.com.pa
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