sábado, 23 de octubre de 2010

España oculta su posición sobre transgénicos en el Convenio de Diversidad Biológica

Se refugia en la postura europea, ignorando que España es el único país de la UE que permite su cultivo a gran escala

La delegación española en la 10ª Convención sobre la Diversidad Biológica está ocultando su posición sobre uno de los temas a debate, los transgénicos. Ante la pregunta del representante español de Amigos de la Tierra: “¿Qué va a opinar el Gobierno Español sobre el cultivo de los transgénicos y sus efectos sobre la diversidad biológica?” la única respuesta es que se defenderá la postura europea. Se ignora así el hecho de que España es el único país que cultiva transgénicos a gran escala, y es el que más sufre sus impactos tanto ambientales como sociales.

Fernando Ramos, representante de Amigos de la Tierra España en la Convención afirmó: “Refugiarse en “lo que diga Europa" solo puede significar dos cosas, o que España no tiene definida su política sobre un tema tan fundamental para el medio ambiente, la salud pública y nuestro modelo de agricultura; o que su postura es indefendible y por tanto no se atreven a hacerla pública.”

Independientemente de que los países de la UE presenten una posición conjunta, esa postura es previamente pactada en reuniones multilaterales y se revisa cada vez que la situación lo demanda. En esos casos cada país de la UE debe de expresar su opinión y en materia de transgénicos, la opinión de España es clave, al ser el único país de la UE que los cultiva a gran escala. Mientras, otros países como Austria, Alemania, Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia o Polonia han optado por prohibir su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus incertidumbres sobre la salud. Entre sus impactos sobre la biodiversidad de este maíz transgénico se incluyen la contaminación de variedades locales de semillas e impactos sobre la fauna del suelo y de los ríos, así como sobre insectos no objetivo.

“Si por algo se ha caracterizado la gestión de Elena Espinosa sobre transgénicos es por el oscurantismo, que ha convertido a España en el campo de experimentación de multinacionales como Monsato, Bayer o Syngenta” añadió David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra España. “Esperamos que la nueva ministra cambie de forma radical esta política, protegiendo la biodiversidad y la salud pública prohibiendo el cultivo de transgénicos en España”.

Los cultivos y alimentos transgénicos suponen una grave amenaza para la diversidad biológica, lo que provocó que se adoptara en el año 2000 el "Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología para el Convenio sobre Diversidad Biológica". Uno acuerdo internacional que administra los movimientos de un país hacia otro de organismos vivos modificados.

Fuente:www.tierra.org

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