LONDRES. ¿El alcoholismo podría tener sus días contados? Un grupo de científicos de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, descubrió una variante genética que está relacionada con la sensibilidad al alcohol de algunas personas, según una publicación del portal digital de la BBCmundo.com.
El CYP2E1 logra que las personas experimenten más rápido los efectos del alcohol. Por tanto, la gente que lo tiene evita consumir grandes cantidades de bebidas alcohólicas para no embriagarse. Para los científicos, esto se traduce en una cierta protección contra el alcoholismo. Lo triste es que sólo entre un 10 y 20% de la población podría tener la variante protectora.
¿Esto podría ayudar a que hallan menos personas alcohólicas? Tal vez sí. Los científicos explican que ciertas personas podrían recibir medicamentos que tengan compuestos relacionados con este CYP2E1. Quienes lo hagan se volverían más sensibles a las consecuencias del alcohol, advertirían los efectos e intentarían controlar o dejar el trago. La idea es evitar que la gente se vuelva alcohólica, explican los investigadores.
Kirk Wilhelmsen, tutor principal de la investigación publicada en la revista Investigación Clínica y Experimental, reveló que el gen ‘tiene un efecto muy poderoso’; sin embargo, considera que hay que indagar más para comprobar si se puede usar en el tratamiento de la patología. Es una enfermedad muy compleja. Se produce también por condiciones psicológicas y sociales, además de hereditarias, expresó. Esto significa que el hecho de tener el gen no exime de padecerla.
TRAGOS A LA CABEZA
Lo que sí favorece el hallazgo es la explicación de cómo las personas perciben el alcohol y cómo este puede afectar el cerebro.
Otros estudios han relacionado al CYP2E1 con la descomposición del alcohol en el cerebro. El mayor volumen de las bebidas alcohólicas es descompuesto por el hígado, pero una porción va al cerebro. Las personas que portan el CYP2E1 asimilan con mayor rapidez el alcohol en el cerebro, esto explica por qué sienten sus efectos con rapidez. Lo bueno es que las personas que tienen reacciones fuertes frente a bajas cantidades de alcohol corren menos riesgos de adquirir una adicción alcohólica en los años posteriores.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores evaluaron a más de 400 estudiantes. El grupo estaba conformado por hermanos con padres con antecedentes de alcoholismo. Sin embargo, los voluntarios no debían tener este tipo de adicción.
LA INVESTIGACIÓN
Los estudiantes bebieron una mezcla de alcohol de grano con bebida gaseosa, lo que equivalía a tres bebidas alcohólicas normales. En intervalos se les preguntaba cómo se sentían para evaluar los efectos del alcohol. Estos datos fueron comparados con información genética de los participantes. Así fue como los investigadores llegaron a la conclusión de que el CYP2E1 protege a las personas de ser alcohólicas.
Fuente:www.laestrella.com.pa
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