"Tenemos la pretensión de influir en la gobernabilidad global, que necesita cambiar, y conseguir propuestas concretas", aseguró Oded Grajew, presidente del Instituto Ethos, la institución que encabeza la organización del acto.
El evento, al que los organizadores pretenden dar periodicidad anual, se celebrará antes de la Conferencia de las Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible, conocida como Río+20, que tendrá lugar en la misma ciudad con el objetivo cerrar compromisos políticos sobre el desarrollo y la protección del medio ambiente.
"Queremos hacer presión para que Río+20 tenga consecuencias prácticas y evitar que sea únicamente un evento de protocolo", aseguró Grajew, quien hizo referencia a la conferencia sobre cambio climático celebrada en Copenhague en diciembre pasado y que, en su opinión, careció de resultados significativos.
Grajew denunció la desaparición de los recursos naturales, apeló a la "obligación ética de hacer algo" y recalcó la importancia de cambiar los hábitos de las personas en el día a día y no sólo de medidas a nivel gubernamental.
La ciudad de Río, con más de 6,1 millones de habitantes, está centrando las miradas de organismos y gobiernos de todo el mundo por ser una de las sedes del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
"Río tiene que aprovechar este momento para ser el centro mundial del discurso sostenible", afirmó Sergio Besserman, representante del gobierno local de la ciudad.
Aunque sin detallar ejemplos específicos, Bessermen sostuvo que Brasil "tiene el papel" de representar un modelo sostenible, por el que podría llegar a convertirse en "primera potencia ambiental" del mundo. EFE
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