sábado, 23 de octubre de 2010
TONELADAS DE BASURA INVADEN LAS AFUERAS DE LA CAPITAL RUSA
La falta de políticas claras por parte de las autoridades locales y la ausencia de una conciencia ciudadana sobre la necesidad de reciclar, ha provocado que varios terrenos de los alrededores de la capital rusa, Moscú, se hayan convertido en vertederos ilegales que amenazan al ecosistema y a la salud de los residentes más cercanos.
Estos sucios solares que afean la ciudad, se propagan rápidamente y ponen de manifiesto la necesidad de encontrar un espacio para los escombros provenientes de la construcción, los neumáticos usados y las piezas de automóviles que ya no son útiles.
El Gobierno local dispone de un servicio oficial que localiza e identifica a los basureros ilegales. Sin embargo, más allá de establecer su ubicación, la precariedad de las leyes y la falta de acciones concretas no permiten que se dé una definitiva solución al problema.
Una de las propuestas para resolver la situación, es la instalación de plantas procesadoras de desechos, pero esta idea se convirtió en otro motivo de discusión para los ciudadanos que temen un mayor deterioro medioambiental. "Las incineradoras de basura lanzan desechos tóxicos que causan enfermedades como el cáncer, esto me asusta. Temo por la salud de mis hijos y es desagradable vivir cerca de un basurero. Creo que esas plantas se deben construir en las afueras de la ciudad", según el activista Iliá Voskresenski.
Para los ecologistas, la clave para acabar con los depósitos de desechos ilegales, radica en la educación de la sociedad, en mostrar la importancia de la reutilización de los materiales y del buen manejo de los residuos, una labor que deben comenzar las autoridades por medio de una intensa campaña informativa, y dando ejemplo.
"En primer lugar, hay que hablar con la población que seguramente no quiere vivir en una ciudad sucia. En segundo lugar, aprobar leyes estrictas. Además, creo que es importante elaborar una ley sobre el valor del empaquetamiento, porque si un paquete, de cualquier tipo, costara mucho dinero, nadie lo tiraría. No sé por qué no lo aprueban", insiste Vladímir Zajárov, Jefe del Centro de Política Ecológica de Rusia.
Ante este panorama y a la espera de que se tomen decisiones, los habitantes de Moscú producen toneladas de basura que debe ser acumulada, procesada o reciclada en algún lugar. Mientras se encuentra una solución, los vertederos ilegales seguirán siendo parte del paisaje moscovita.
Fuente: IPS Noticias.
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