Vitoria (239.000 habitantes) está rodeada por un anillo verde, un verdadero pulmón de oxígeno de más de 500 hectáreas y alrededor de 50 kilómetros de itinerarios para paseantes y ciclistas, uno de sus tesoros medioambientales que ha valorado el jurado en Estocolomo para otorgar a esta ciudad la Capitalidad Verde Europea venciendo así a Barcelona, Nurenmberg (Alemania), Nantes (Francia), Malmö (Suecia) y Reikiavik (Islandia).
El ambicioso anillo verde se inició a comienzos de los años noventa con el fin de recuperar la periferia degradada y convertirla en una extensa área de uso público.
Bosques, ríos, humedales, prados y campos de cultivo conforman este conjunto natural en el que destaca el humedal de Salburua, una zona desecada que comenzó a recuperarse en 1994 y que ahora, con una superficie de 196 hectáreas al este de la ciudad, acoge una rica flora acuática y fauna.
El carricerín cejudo, la garza imperial, la cerceta carretona, el avetorillo común o las espátulas son algunas de las aves en peligro de desaparición que habitan Salburua junto a mamíferos como el visón europeo o los ciervos, que con la llegada de las lluvias en septiembre despiertan su instinto reproductor y los machos adultos lanzan sus bramidos, que se oyen a kilómetros de distancia, para demostrar su fortaleza y atraer a las hembras en celo.
Pero Vitoria destaca, no sólo por ser una de las ciudades con mayores espacios verdes por habitante, sino por su afición a la bicicleta urbana, un medio de transporte en alza que es utilizado por muchos ciudadanos para desplazarse por la ciudad a través de los 97 kilómetros de carriles bicis que no paran de extenderse.
Para el alcalde de la ciudad, Patxi Lazcoz, que ha liderado la defensa de la Capitalidad medioambiental con una campaña con el lema "Vitoria, verde por dentro, verde por fuera", optar a esta distinción es "como estar en la Champions League" del desarrollo sostenible.
El transporte público de la capital del País Vasco también ha supuesto una revolución en el modo de desplazarse, todo ello con el fin de desterrar el vehículo del centro de la ciudad.
Para ello, se ha puesto en marcha el tranvía y se ha modificado la red de autobuses, que actualmente suma 143 kilómetros con la particularidad de que los ciudadanos no tienen que esperar más de diez minutos en las 256 paradas para subirse a este transporte.
Otra seña de identidad que caracteriza a esta ciudad son los huertos ecológicos que el Ayuntamiento cede gratuitamente a los vecinos mayores de 55 años para su explotación, previa realización de un curso práctico, una iniciativa que ha cosechado un gran éxito ciudadano.
A estas actuaciones se unen otras como la decisión de Mercedes de fabricar en su planta vitoriana una furgoneta eléctrica, la participación de las organizaciones sociales y ambientales en los foros de sostenibilidad o los planes ya puestos en marcha como el de energía, el de gestión de la calidad del aire, el de ahorro del agua, el de residuos o el relativo a la lucha contra el cambio climático. EFE
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