martes, 23 de noviembre de 2010

Crean bacteria constructora

La BacillaFilla rellena grietas de concreto y posee un gen de autodestrucción para que no se convierta en plaga.


Científicos de la Universidad de Newcastle modificaron una bacteria para que pueda sellar grietas en pisos y estructuras de concreto al producir una especie de pegamento.

Cuando se encuentra en contacto con el cemento, esta bacteria se reproduce y segrega carbonato de calcio y una especie de pegamento que, juntos, poseen una solidez semejante a la del concreto.

La BacillaFilla se desarrolló para alargar la vida útil de estructuras de concreto que ya fueron contaminantes y su reparación afectaría más al ambiente.

"Cerca de 5% de las emisiones de dióxido de carbono se originan de la industria del concreto, por lo que contribuye en gran parte al calentamiento global. Encontrar una forma de prolonger la existencia de estructuras de concreto significaría que podríamos reducir este impacto ecológico y encontrar una solución más sustentable", dijo la investigadora Jennifer Hallinan.

Hallinan estuvo a cargo del proyecto de nueve estudiantes de las carreras en ciencias computacionales, ingeniería civil, bioinformática, microbiología, y bioquímica que participaron y ganaron medalla de oro en la competencia International Genetically Engineered Machines (iGEM), que organiza el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Boston.
Bacteria constructora

Los microbios originales, una bacteria común que vive en los suelos, fueron modificados genéticamente para introducirlas en las grietas de concreto y sólo en contacto con él puede reproducirse y reparar la grieta, pero sin correr el riesgo de que se expandan y conviertan en plaga.

La BacillaFilla reacciona con el pH de este material y active un gen que le permite aglutinarse gracias a que excretan cristales de carbonato de calcio, filamentos que refuerzan las fibras y una especie de pegamento que rellenan las zonas dañadas del concreto.

Cuando las bacterias rellenaron por completo el vacío, un gen de autodestrucción colocado por los estudiantes se activa e impide que sobrevivan fuera del concreto.

Hallinan cree que la bacteria "podría ser particularmente útil en zonas de terremotos, donde cientos de edificios tienen que ser derribados porque no disponemos de una forma simple de reparar las grietas y devolverles sus buenas condiciones estructurales" sin correr el riesgo de que se salgan de control.
 
Más información (en inglés):

Fuente: El Universal.mx

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