martes, 2 de noviembre de 2010
Día de los Difuntos la memoria de los muertos
Bogotá, 2 nov (EFE).- La fiesta, las flores, la música, el color, la comida y la bebida e incluso el teatro se mezclan en los distintos países de América Latina con el duelo para honrar en el Día de los Difuntos la memoria de los muertos, que se celebró hoy.
Mientras en alguns países como México, Bolivia, El Salvador, Honduras, Uruguay, Guatemala y Nicaragua se guardan con mimo sus tradiciones en recuerdo de los seres queridos, en otros, como Colombia, Venezuela o Costa Rica se abandonaron hace tiempo y se sustituyeron, en la calle, por el imaginario estadounidense de Halloween.
Uno de los países más fieles a la tradición en la celebración de su Día de los Muertos es México, que hace del recuerdo de sus seres queridos uno de los elementos más reconocidos de su cultura.
Así, cometas con versos a la Muerte y miles de globos de papel iluminados surcaron los cielos de la localidad de San Agustín de Ohtenco, cercana a la capital mexicana, para guiar a las ánimas hacia la que en vida fue su morada.
"La Catrina" o "La Pelona", apodos que recibe la Muerte en el país, fue protagonista de coloristas ofrendas y altares, no solo en territorio mexicano sino también en otros países, donde la comunidad mexicana recuerda a los padres de su Independencia y Revolución en el Día de Muertos.
Lejos de ese ambiente festivo, en los cementerios de Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México, se congregaron miles de personas enlutadas que han perdido a sus seres queridos como consecuencia de la escalada de violencia que en los últimos tres años ha dejado más de 7.000 asesinatos y cerca de 10.000 huérfanos, según recuentos periodísticos basados en información oficial.
La violencia en México y la gestión de su presidente, Felipe Calderón centraron hoy varias "calaveras", como se conocen los versos satíricos publicados en prensa.
"Nos han tundido bien duro/ pobreza, lluvias y narco/ mas dice el capitán del barco/ 'Vamos bien, les aseguro'", reza una "calavera" del diario "La Jornada", mientras que otra del mismo rotativo pide celebrar un "Día de Vivos" cuanto antes: "En tiempos de Calderón/ todo día es de muertos/ está repleto el panteón/ ¡ya no caben tantos cuerpos!".
En Guatemala, miles de deudos abarrotaron ayer los cementerios para adornar las tumbas en el Día de los Santos y comer fiambre, un platillo elaborado con hasta 50 ingredientes que incluyen carnes, embutidos, verduras, quesos, varios tipos de aderezo y mariscos, al son de las canciones que músicos contratados entonan en el camposanto.
Para celebrar el Día de Difuntos, las poblaciones occidentales de Sumpango y Santiago Sacatepéquez hicieron volar los enormes barriletes o cometas de colores que llegan a medir hasta 20 metros, en cuya confección llegan a invertir hasta tres meses.
Desde las primeras horas de hoy, miles de nicaragüenses llegaron a los camposantos para colocar flores y coronas y degustar el buñuelo y la sopa borracha junto a las tumbas de sus difuntos.
También los cementerios hondureños recibieron miles de visitantes, entre ellos numerosos vendedores que aprovecharon las multitudes y el encarecimiento de los productos propios de la ocasión para obtener algún dinero.
Así, los familiares se toparon con vendedores ambulantes de agua, alimentos, flores y coronas, además de albañiles, pintores de brocha gorda, chapeadores (limpiadores de hierba) y otros trabajadores que ofrecen sus servicios para la mejora de tumbas.
Las masivas concentraciones en los cementerios salvadoreños, amenizadas por mariachis o tríos que entonan las melodías favoritas de sus difuntos, llevaron a las autoridades a desarrollar operativos para garantizar la seguridad.
Otras localidades ordenaron operativos de limpieza y fumigación de los cementerios para evitar posibles contagios de dengue, así como la instalación de toldos para los visitantes.
En Bolivia las celebraciones del Día de los Difuntos reflejan el arraigo de las tradiciones en zonas rurales y humildes frente al contagio del terrorífico Halloween de Estados Unidos en las ciudades.
En medios rurales, las familias instalan el primero de noviembre unos altares caseros llenos de fruta, bebidas alcohólicas, dulces y las tradicionales "t'ant'awawas", figuras antropomórficas hechas con pan para recibir a los muertos, mientras que al día siguiente trasladan esas mesas-altar al lugar donde reposan los cuerpos.
En Uruguay adoptaron una tradición española, como es la de representar la obra de teatro "Don Juan Tenorio" de José Zorilla en la noche de Difuntos en un cementerio como escenario para darle aún más sentido.
La iniciativa de la Embajada de España y de la Institución Teatral El Galpón ha tenido tan buena acogida que a las cuatro funciones programadas inicialmente en el Cementerio Central de Montevideo ha habido que agregar dos.
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