El país "llevará una propuesta contundente a la cumbre" que tiene varios aspectos, entre ellos, "luchar por un régimen climático que respete los compromisos y acuerdos previamente existentes", como los de mitigación, presentes en el Protocolo de Kioto.
Lo segundo, explicó Espinosa, es que en la cita de Cancún, en diciembre, se piense en el escenario después del acuerdo de Kioto y en la posibilidad de iniciar el segundo período de compromisos que vence en 2012. Carlos Larrea, docente y director técnico de la iniciativa Yasuní ITT, que pretende dejar bajo tierra 846 millones de barriles de petróleo, cree que el mundo "no puede darse el lujo" de demorar una resolución, y una de las posibilidades sería una segunda etapa del acuerdo de Kioto.
Larrea y Espinosa coinciden en que el riesgo es que no se llegue a un consenso en Cancún por falta de un escenario político favorable. Propuestas como la de emisiones netas evitadas, a decir de Larrea, pueden dar luces para el cambio, pues significa que, además de los mecanismos de desarrollo limpio, se incluya la posibilidad de compensar a los países en desarrollo que deciden mantener sus combustibles fósiles bajo tierra.
De esta forma "se ampliarían las posibilidades de participación de los países en desarrollo", aseguró Larrea. Ecuador también analiza la posibilidad de que en México se definan mecanismos que permitan a nivel doméstico resistir a los embates del cambio climático, es decir, no discutir solamente cuánto van a reducir las emisiones, sino "cómo transformar las formas de producir y de consumir", aclaró Espinosa.
Sobre el impuesto al comercio petrolero, la ministra comentó que su gobierno propondrá crear un fondo que facilite el cambio hacia matrices energéticas que usen energías renovables. Lo mismo piensa Larrea, pues "la posibilidad de una transición energética acelerada es la única solución que puede evitar efectos desastrosos".
Pero el uso de estas energías no será viable si no se realiza transferencia de tecnologías limpias, aclara el director técnico de la propuesta Yasuní ITT, quien reconoce que aunque existe una base "importante" de energía eólica, "la posibilidad de utilizarla en países en desarrollo requiere un enorme esfuerzo".
Por ello, Ecuador considera "fundamental" que los países entiendan que la atmósfera es "un bien público global" y que a pesar de que el tema financiero es importante, "eso no va a resolver el reordenamiento de las relaciones entre sociedad, economía y naturaleza" si no existe decisión política, dijo la ministra.
Espinosa advirtió de que aunque existen avances en temas financieros y tecnológicos, el tema de la reducción de emisiones de CO2 es el que presenta más trabas, especialmente desde los países industrializados. Para Larrea las reducciones globales de emisiones deben ser de, al menos, el 20 por ciento para 2020.
"Es fundamental, teniendo en cuenta que algunos países industrializados no se han fijado esas metas", sostuvo, y añadió que mientras tanto se pueden explorar otras alternativas, como la deforestación evitada. La posición ecuatoriana también plantea el cuidado especial de la selva tropical más grande del planeta, la Amazonía.
Los países sudamericanos que la comparten cuentan con ecosistemas no intervenidos, que están siendo afectados por deforestación, lo que hace insostenible su conservación, señaló Larrea. La delegación ecuatoriana que irá a Cancún estará conformada por el canciller, Ricardo Patiño, las ministras de Patrimonio y Ambiente, y una comisión técnica.Es posible que el presidente Rafael Correa asista también a la cumbre para presentar la propuesta de emisiones netas evitadas, concebida por él mismo, aunque el Gobierno aún no ha tomado una decisión al respecto.
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