La exposición "Sunny Memories" o "Memorias soleadas“, combina la innovación tecnológica – células solares de materiales multicolores – con el diseño creativo, y muestra nuevas visiones para el empleo de la energía solar.
El prototipo se remonta a los años 1990. La exposición presenta ideas sobre posibles usos de las nuevas células: como aparato para recargar baterías o como refrigeradora, también como trampa para insectos e incluso banco de parque.
Las plantas como modelo
Una ventaja de las células solares desarrolladas por Michael Grätzel es que su producción cuesta menos, además de que son más eficientes que las células de silicio en caso de luz débil o difusa. Ya que por añadidura son flexibles, pueden integrarse sobre diferentes bases como telas para vestimentas o mochilas.
Nicolas Henchoz, director del EPFL+ECAL Lab
Vislumbrar nuevas opciones
La exposición 'Memorias soleadas‘ presenta una selección de las ideas surgidas en ese taller, que se realiza por iniciativa de Nicolas Henchoz, director del Laboratorio EPFL + ECAL. En colaboración con la Escuela Cantonal de Arte de Lausana (ECAL), este instituto de la EPFL promueve innovaciones en la Interfaz de Tecnología, Diseño y Arquitectura.
"Los proyectos aplicados para exposición corresponden a tres categorías: diseños que pueden emplearse de inmediato en la producción, aquellos que potencialmente pueden fabricarse en dos o tres años, y aquellos en los que se desarrollaron ideas apoyadas en la suposición de cuán lejos avanzará la tecnología en los próximos 10 años”, explicó Henchoz en la inauguración de la exposición en Lab@Harvard.
En relación al nombre 'Memorias soleadas', Henchoz agregó que se dijo a los estudiantes que deberían tomar en consideración como punto de partida las relaciones que prevalecen entre el sol y la memoria. Que debían pensar que la energía es útil no solamente para el confort , sino que “la necesitamos para conservar nuestra historia en la memoria, nuestra herencia, para apropiarnos del conocimiento”.
Proyectos de lo más diferentes
Incluyó proyectos muy diferentes. Por ejemplo un asiento que durante el día capta la luz solar y se ilumina de noche, lo que podría proporcionar mayor seguridad en un parque por las noches, como se explica en el catálogo.
Dentro de tres años podría producirse ya un buzón de correo que anuncia la llegada de una carta o de un paquete a través de un correo electrónico o un mensaje de texto, previa instalación de un programa en el buzón.
Algo que llamó mucho la atención fue un prototipo de refrigeradora móvil: este aparato podría prestar un gran servicio en países en desarrollo, sea en las casas o allí donde la médica o la enfermera visitan a pacientes en pueblos alejados y llevan medicamentos consigo.
La refrigeradora puede emplearse también luego de catástrofes, cuando se ha cortado la energía eléctrica. O simplemente puede llevarse para un día en el mar.
Un separador de ambientes en la oficina proporciona cierta protección, al mismo tiempo produce energía. Los ‘pies’ de esta pared son elementos de cajas de enchufe. O una célula solar como radio en el que la célula es al mismo tiempo pantalla táctil y altavoz
Y en vez sombrillas en un lugar, una 'nube solar‘: una estructura inflable, que ofrece sombra y paralelamente podría producir gran cantidad de energía.
Ideas desde Suiza
Igualmente de Suiza proviene una idea de una lámpara de pared para la ventana. Esta estructura capta luz solar durante el día, y cuando oscurece se pliega en forma de un paraguas y provee luz.
Y un objeto que recuerda a tiempos muy antiguos, a rollos de de papiro o a pergaminos: la variante nueva sirve como proveedor de energía para los portadores de información de los tiempos actuales como teléfonos celulares, IPods y muchos otros.
Cambridge (Massachusetts)
(Traducido del alemán, Rosa Amelia Fierro)
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