Como profesionales de la actividad, debemos confesar que casos de desarrollo turístico como el experimentado en los últimos tiempos por la pequeña Costa Rica nos producen, sin duda, un sentimiento de sana envidia.
Sus primeras incursiones estuvieron orientadas a planificar, desarrollar y potenciar el nicho del Turismo Verde. Esto producto de ser un país que alberga el 5% de la biodiversidad mundial y cuenta con el 30% de su territorio protegido por parques nacionales y bosques húmedos. El primer y acertado paso fue convertir al desarrollo del turismo en Política de Estado, alejándola del contenido partidista. Luego, conscientes de que el recurso natural es sólo un insumo del producto, dedicaron tiempo, esfuerzos y recursos a construir una sólida plataforma de capital humano cualificado, dotar al destino de una planta hotelera adecuada y suficiente, diseñar -y sobre todo, hacer cumplir- estrictas normas de calidad, abrir los accesos al país con permisología liberal y rápida, otorgar facilidades fiscales a promotores e inversionistas locales y foráneos y emprender una agresiva y eficaz estrategia de Mercadeo a los diferentes segmentos del producto ecológico. Resultado: Éxito total.
Más tarde, y contado en sus costas atlánticas con olas de casi cuatro metros, todo el año decidieron desarrollar -en baja escala y con el mismo resultado– el Turismo Deportivo de mar de alto rendimiento y hoy en día, Costa Rica está considerado uno de los destinos emblemáticos para la práctica de esta disciplina y allí se celebran competencias de alto prestigio internacional. Ahora, con el mismo contenido profesional y la misma visión clara de mercado deciden ampliar su oferta. En esta oportunidad orientada a una actividad conocida como “Comunidades turísticas y recreacionales para retirados”, mediante la cual se pretende atraer turistas jubilados. La idea central es la construcción de pequeños pueblos con todos los servicios de infraestructura, salud y tecnología para que jubilados de economías altamente desarrolladas escojan a la pacífica y segura Costa Rica para radicarse temporal o definitivamente.
Es de hacer notar que éste es un segmento de mercado con alto poder económico y de consumo. Como es lo correcto, sobre la empresa privada descansará la responsabilidad de desarrollar este sector, mientras que el Estado normará su ejecución, simplificará la permisologia y dará facilidades financieras y fiscales tanto para los emprendedores privados como para los eventuales clientes.Cada año, Costa Rica, nación de 4,5 millones de habitantes, recibe cerca de dos millones de visitantes que generan unos 3.000 millones de dólares. Qué diferencia con nuestro país que, en los últimos 10 años, ha destruido lo que se había avanzado en materia turística entregándole su conducción a oscuros aventureros promovidos desde los últimos espacios del lumpen rojo, los cuales carecen del conocimiento, experticia y trayectoria necesarias. Asimismo, lo han politizado hasta la degeneración y convertido sus instancias de dirección en la cueva de Alí Baba, como lo demuestra el gasto enorme, descontrolado y despilfarrador de casi tres millones de dólares en esa mamarrachada mal llamada -con rimbombante y hueco nombre- Feria Internacional de Turismo de Venezuela y que no pasó de ser otro fracaso más. Sentimos sana envidia por Costa Rica, sin duda.
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