sábado, 4 de diciembre de 2010

La contaminación se come Shanghái

Los niveles de contaminación se dispararon en la ciudad china de Shanghái tan sólo unas semanas después del final de la Exposición Universal 2010, con siete de cada 30 días por encima del límite aceptable de polución según los estándares chinos, su peor registro en cinco años.



Como ocurrió en Pekín tras los Juegos Olímpicos en 2008, Shanghái ha recuperado sus fuertes emisiones contaminantes, que estuvieron limitadas durante las semanas previas y los seis meses de la Expo 2010, que se celebró del 1 de mayo al 31 de octubre y que recibió 73 millones de visitantes.

La reanudación de muchos proyectos de construcción parados para "limpiar" el aire de la ciudad durante el evento, el aumento del tráfico, restringido durante la Expo en algunas zonas, y la escasez de lluvias han provocado que la contaminación sea estos días casi insoportable en la capital financiera del gigante asiático.

Una neblina envuelve los más de 15.000 rascacielos de una ciudad en la que viven unos 20 millones de personas, que sufren desde hace semanas tos seca, irritación de ojos, dificultades para respirar y fatiga, pero que también están habituados a pasar períodos de fuerte contaminación cada cierto tiempo.

Un día después de que acabara la Expo, el 1 de noviembre, la medición china de contaminación registró su mayor nivel desde marzo, el mes anterior al comienzo de la cita internacional, y casi triplicó el del 31 de octubre, día de la clausura del evento.

Como ocurrió con los JJOO en Pekín, las autoridades shanghainesas se preocuparon de que el aire estuviera "presentable" ante la llegada de cientos de participantes de todo el mundo para la Expo, y aunque no consiguió reducir los niveles de contaminación tanto como sería necesario, sí fueron meses más limpios que los anteriores.

Durante la Expo, la ciudad paró muchas de las abundantes obras de edificios de viviendas, que florecen en la ciudad gracias a la burbuja inmobiliaria china, restringió la circulación de camiones altamente contaminantes y prohibió a los granjeros realizar quemas.

"El Gobierno debería abandonar esta actitud sin visión a largo plazo en la que se da prioridad a un evento específico sin esfuerzos continuos por mantener las medidas para lograr una mejora duradera", opinó Shu Jiong, profesor de clima de la Universidad Normal del Este de China, citado por el diario "China Daily".

Para el académico, "se trata de construir un sistema integrado, que incluya una mejor gestión de las obras para controlar sus emisiones de polvo, así como reducir la posesión de coches privados y animar a la gente a usar el transporte público".

Los responsables del control de la calidad del aire de la ciudad culparon de los malos registros durante el mes pasado a las tormentas de arena producidas en el norte de China y a las olas de frío invernales, que, según explicaron, habrían arrastrado aire contaminado de provincias del interior de China hacia Shanghái.

Los niveles de contaminación, de acuerdo a los estándares chinos, alcanzaron su máximo en una década el pasado 13 de noviembre, cuando casi cuadruplicaron el límite establecido por el gigante asiático.

La medición china de contaminación establece límites de 50 puntos (calidad del aire excelente), de 50 a 100 puntos (buena, aunque para ese mismo rango, las autoridades de Hong Kong advierten de riesgo a largo plazo), más de 100 puntos (aire contaminado) y más de 200 puntos (muy contaminado).

Cuando se superan los 300 puntos, según el diario oficial "Shanghai Daily", "incluso la gente sana es propensa a experimentar una resistencia reducida durante actividades físicas y a sufrir fuertes irritaciones y otros síntomas".

Desde el 13 de noviembre, cuando el nivel se disparó hasta los 370 puntos, la calidad del aire shanghainés ha seguido siendo mala, con tres días por encima de 100 puntos y varios cerca de ese límite, ayudado además por una inusual escasez de lluvias en noviembre.

Hasta finales del mes pasado, sólo se registraron 0,8 milímetros de precipitaciones en la ciudad, en contraste con la media de 54,3 milímetros para noviembre elaborada a partir de los registros de lluvias de los últimos 137 años, según datos de la Oficina Meteorológica de Shanghái.

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