miércoles, 1 de diciembre de 2010

La extinción de especies aumenta las enfermedades infecciosas

Nueva York, 1 dic (EFE).- La desaparición de cualquier especie, desde bacterias hasta mamíferos, supone una amenaza a la salud humana, ya que eleva la aparición y transmisión de enfermedades infecciosas, según un estudio divulgado hoy por la revista Nature.
Proteger la biodiversidad es más que luchar por el medioambiente, ya que una rica variedad de especies animales y vegetales ayuda a prevenir enfermedades infecciosas, según detalla el estudio, realizado por expertos de las universidades de Princeton (Nueva Jersey) y Cornell (Nueva York), así como el neoyorquino Bard College.

El trabajo de esos científicos, titulado "Impacto de la biodiversidad en la aparición y transmisión de enfermedades infecciosas", revela una conexión directa entre ambos factores, al apuntar que la pérdida de especies en ecosistemas como bosques y selvas se traduce en un aumento de los organismos patógenos.

Los expertos explican que los animales, plantas y microbios que tienden a desaparecer cuando se destruye la biodiversidad suelen ser aquellos que amortiguan la transmisión de enfermedades infecciosas como el virus del Nilo, la enfermedad de Lyme o el hantavirus.
"Conocíamos casos específicos en los que un declive de la biodiversidad aumentaba la incidencia de las enfermedades, pero hemos descubierto que ese patrón es mucho más general. Ese retroceso incrementa la transmisión de una amplia gama de sistemas infecciosos", indicó Felicia Keesing, experta ecologista en el Bard College de Nueva York y una de los autoras del estudio.

El trabajo demuestra que ese patrón sirve para diferentes tipos de entes infecciosos, como virus, bacterias y hongos, y para una amplia gama de organismos que los acogen, ya se trate de humanos, otros animales o plantas.

"Mientras desaparecen las especies, las tasas de transmisión de enfermedades se pueden acelerar. Si se protege la biodiversidad, se puede reducir la incidencia de gérmenes patógenos establecidos", señaló por su parte la profesora Drew Harvell, experta en ecología y biología evolutiva en la Universidad de Cornell a través de un comunicado.

Los autores del estudio insisten en que, en casos como la enfermedad de Lyme, que puede transmitirse a los humanos mediante las garrapatas que portan ciertos animales, su incidencia es mayor en ecosistemas en los que se ha reducido la biodiversidad.

El estudio también demuestra que ese efecto protector de diferentes especies es más claro en la tierra que en los océanos, ya que en ellos se produce "una nueva ecuación en lo que se refiere a la transmisión de enfermedades, el cambio climático y la biodiversidad", según Harvell.

"Los brotes de enfermedades se están acelerando gracias al calentamiento climático y esto ocurre cuando aún no conocemos los enlaces directos en la cadena de transmisión de las enfermedades", aseguró la experta de Cornell.

El trabajo de estos científicos y expertos se realiza además un llamamiento a las autoridades para que lleven a cabo un seguimiento "más riguroso" de las áreas en las que hay un gran número de animales domesticados o bien criados en granjas, ya sean de tierra o marinas.

"Eso reduciría la capacidad de las enfermedades infecciosas de saltar de los animales en hábitats salvajes a los domésticos y después a los humanos", señaló por su parte Andrew Dobson, profesor en la Universidad de Princeton. EFE

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