domingo, 12 de diciembre de 2010

Turismo responsable: una nueva forma de viajar

La actividad turística, por su crecimiento y dinamicidad, es una fuente importante para el crecimiento y desarrollo de la economía de una localidad dadas las múltiples interrelaciones y aportes directos e indirectos que genera. El turista, al desplazarse de su lugar de origen, consume ocio, cultura, productos, bienes y servicios. Por otro lado, la realidad nos muestra que el turismo, sino considera una serie de variables e indicadores de impacto y es tratado como un fenómeno social, es capaz de generar impactos socioeconómicos, ambientales y culturales negativos en la comunidad receptora.

Desde hace años hemos venido escuchando diversas terminologías asociadas al intento de “ponernos en contacto” con el entorno (entendido como una integralidad que abarca aspectos culturales y naturales). Nos viene a la mente el ecoturismo, turismo sostenible, verde, ecológico, de aventura, rural, vivencial, agroturismo, turismo justo, ético y solidario, entre algunos otros que vienen siendo comercializados y promovidos por una serie de empresas y organismos que intentan, muchas veces, emplearlos tan solo como una herramienta de mercadeo para diferenciarse de la competencia, posicionarse y atraer a cierto segmento de clientes o consumidores.

Actualmente nos encontramos en un punto en el cual se nos presentan oportunidades de cambio e innovación para poder hacer frente a la degradación ambiental, a la pobreza extrema, cambio climático, problemática alimentaria, consumismo, tendencia a la acumulación y falta de distribución de riqueza, agotamiento de recursos… La lista es vasta y requiere nuestra atención e intervención para convertir en al turismo en una verdadera herramienta de desarrollo.

¿A qué nos referimos con turismo responsable? Podemos definirlo como una actitud de viaje y una práctica empresarial u organizacional en la cual se toma en cuenta aspectos naturales, socio-culturales, económicos y políticos de un destino en con el propósito de aumentar los beneficios y mitigar los impactos negativos del turismo, contribuyendo al intercambio cultural positivo, a la generación de empleo digno, al respeto y al entendimiento entre viajeros y comunidades receptoras así como al logro de contribuciones para el desarrollo individual y colectivo.

¿Qué se requiere que estos planteamientos éticos y sostenibles sean puestos en práctica? En primera instancia, promover la información, la toma de conciencia y la capacitación al respecto. Luego de ello es fundamental asumir compromisos y el tomar medidas concretas que permitan tangibilizar estas reflexiones, discusiones y propuestas. El turismo responsable debe sentar las bases para inspirar un trabajo profesional en turismo más conciente, comprometido con el desarrollo turístico sostenible, con la visión integral del manejo del sector, la responsabilidad social empresarial, la participación comunitaria, el beneficio de las poblaciones receptoras, el respeto del medio ambiente, la calidad en el servicio, la generación de negocios inclusivos y trabajo digno, el respeto de los derechos humanos, la revaloración cultural y la diversidad de los pueblos. Todo ello, promoviendo el conocimiento de los principios, nuevos retos y oportunidades que presenta esta nueva ética en el campo del ocio que se conjuga con la transformación de la demanda no tradicional de turismo a nivel mundial.

Es así que el turismo responsable, más que una nueva tendencia de mercado, es y puede llegar a convertirse en un enfoque para la planificación, gestión y operación del sector de viajes y turismo y una nueva filosofía de viaje.
Por Maria Luisa Rendón

Especialista en desarrollo y turismo
malurendon@yahoo.com
proyectos.turismoresponsable@gmail.com

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