Aunque aclaró que los incrementos no constituyen una nueva crisis, la FAO calificó la situación como preocupante y advirtió que los precios podrían seguir aumentando.
El organismo agregó que esta alza suscita una inflación general y que, por lo mismo, puede causar nerviosismo y tensiones entre la población, sobre todo en los países más pobres.
En este sentido, Ekaterina Krívonos, oficial de Comercio y Mercado de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO, consideró que las autoridades deben tomar precauciones para paliar la incertidumbre.
“Los gobiernos de América latina y el Caribe tienen que estar preparados y tomar medidas que pueden ir desde aumentar el nivel de reservas de emergencia de cereales, hasta reforzar las redes de protección social e incentivar el aumento de la productividad e inversión en la agricultura”, dijo Krínovos.
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