Claude Monet (1840-1926), el nombre de la exposición que se inició en el otoño y terminó anoche, atrajo a 910 mil visitantes, menos que los 1,2 millones de espectadores en 1967 logrado por Tutankamon en el curso de siete meses.
Picasso y los maestros rozó las 810 mil personas, pero la muestra que iba segunda hasta ahora cuando fue desplazada por Monet, estuvo dedicada a uno de los magos del surrealismo, el español Salvador Dalí, con 840 mil de público.
Con Monet se dieron varias curiosidades en el sentido positivo. Logró una enorme afluencia de visitantes pese a que el 2010 fue un año consagrado al impresionismo y se dieron numerosos eventos en Normandía y el propio París.
Asimismo, a pocos metros del Grand Palais están los famosos Nenúfares o Nympheas en formato mural en el museo de la Orangerie, una obra monumental muy delicada y difícil de trasladar.
Tampoco logró reunir Impression: soleil levant (Impresión: sol naciente). El cuadro precursor del estilo permanece en el Marmottan, en disputa con el Grand Palais y que hizo competencia con su evento particular denominado "Monet, su casa".
En todo caso, valió la pena ver las 176 obras del maestro en la instalación cercana al puente Alexandre III y el telón de fondo del Sena y la Torre Eiffel.
Para sus admiradores, el deleite increíble de Monet en su obsesión por luces y sombras al delinear la catedral gótica de Rouen, y la policromía de los jardines de sus entrañables Giverny y Vetheuil.
Fuente: ( prensa latina )
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