El escenario para este extraordinario evento fueron las aguas congeladas del Mar Báltico, en las costas de Finlandia, donde enfrentaron temperaturas por debajo de los -30°C y vientos cruzados potencialmente peligrosos. El récord de velocidad es el promedio de dos velocidades máximas obtenidas durante 1Km monitoreado precedido de otros 5Km de aceleración, de ida y de regreso.
El auto, es un Bentley Continental Supersports Convertible con un motor de 6.0L con 12 cilindros montados en forma de W, dos turbocompresores, 610Hp de potencia y tracción integral, alimentado por etanol (alcohol de caña) E85 -un combustible totalmente biológico- y con sólo algunas modificaciones exteriores como las fascias aerodinámicas, llantas Pirelli SottoZero II de invierno, alerón frontal y trasero para mejor agarre en la superficie y el paracaídas de emergencia en la parte trasera, mientras que en el interior sólo una jaula de seguridad.
“La marca de las 200millas por hora (321.87Km/h), llegó en los primeros cinco kilómetros en la placa de hielo. Después fue sólo cuestión de mantener todo estable en la zona de cronometría y esperar que la nieve se mantuviera fuera de la pista. No hay nada que se le parezca a manejar un Bentley a estas velocidades, las condiciones pueden ser arriesgadas pero el auto responde tan bien a cualquier ajuste, que te da la confianza de llevarlo cada vez más al límite.” Comentó el piloto tras haber roto su propio récord.
Wolfgang Dürheimer, Presidente y Director Ejecutivo de la marca, anunció que fabricarán una versión conmemorativa por este nuevo récord. Estará limitado a 100 unidades y será el Bentley más poderoso y extremo de toda la historia. Será oficialmente develado en el Autoshow de Ginebra el próximo mes de marzo.
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