domingo, 6 de marzo de 2011

La particular vida de la comunidad de las "casas domo"

Quizás, en 20 ó 30 años más, muchas personas en el mundo tendrán problemas de agua, de energía o de alimentación. Puede parecer alarmista, pero si la humanidad no hace algo al respecto, podría convertirse en realidad. Cada año el petróleo es más escaso y las aguas están más contaminadas. Es por todo esto que un grupo de jóvenes chillanejos busca concientizar a la población, de cómo a través de la "madre tierra" se pueden lograr subsistir sin problemas.



La comunidad "Rukatrunkai" comenzó hace tres años, bajo la dirección de profesionales, a perfeccionarse en la "permacultura". Pero muchos se preguntarán en qué consiste esta corriente. La Permacultura es un sistema de diseño de asentamiento humano sostenible, donde en palabras simples, imita las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza. Fabiola Salazar, médico veterinario de profesión y diseñadora de en permacultura, relata que antes de conocer este sistema ella sentía que no era una mujer feliz.

"Hace cuatro años estaba trabajando en el servicio público, en empresas, pero nada me hacía feliz, como que me faltaba algo. Fue así que encontré la permacultura, donde empecé a explorar en Internet, buscar información y en el 2007 egresé de mi primer curso de diseño de Eco Aldea en Santiago. Ese fue el punto sin retorno, empecé a experimentar con el huerto primero, después con el tema de los baños secos y en 2010 decidimos instalarnos en este terreno como comunidad", explica Fabiola.

En medio de una austeridad inmensa y rodeados de la naturaleza, pero a pocos kilómetros de Chillán se encuentran las inmediaciones de Rukatrunkai. Dos casas Domos, un horno de barro, una huerta, lagunas, son sólo algunas de las características que tiene este lugar y que hace que uno se conecte directamente con la naturaleza. El objetivo de esta comunidad es poder mostrar al resto de la población cómo puede el ser humano ser resiliente y saber cómo optimizar los recursos de una manera óptima y ecológica.

Para Ricardo Orellana, al igual que Fabiola, decidió dejar la ciudad por la naturaleza. También médico veterinario, pero un apasionado de la autosustentación y supervivencia, a través de la permacultura se dio cuenta que podía generar conciencia entre la población y que su visión podía traspasar barreras. "La gente se dio cuenta que el monocultivo es una solución a nuestro sistema de alimentación. Todo partió en la huerta. Después se derivó a la bioconstrucción, porque teníamos que vivir en alguna parte, con tecnología apropiada, donde uno vive, trabaja, recicla, produce alimento. La forma de vivir conscientes. No quería estar en la ciudad, soñar con problemas de las empresas. Eso no era sano. Quise vivir como un ermitaño y arrancarme a la montaña, pero me di cuenta que no sabía ni cultivar una lechuga, pero fue ahí donde encontré la permacultura, los cultivos, la bío construcción, los animales. Es todo un mundo", manifiesta Ricardo.

En septiembre del año pasado pusieron la primera piedra de este proyecto. El 2008 intervinieron el terreno donde actualmente viven, porque debían buscar una solución a la humedad que existe en el sector de la Colonia Bernardo O’Higgins. "En permacultura se dice que el problema es la solución. Para nosotros el problema era el agua y lo solucionamos con las zanjas y lagunas. El año pasado comenzó el viaje de planificación que comenzó con la construcción del domo", indica Fabiola.

Un domo con características muy especiales. Hecho de súper adobe y con la misma tierra que sobró cuando realizaron las zanjas y laguna. Fue construido por ellos mismos, donde no les faltó ayuda. Actualmente vive una pareja en aquel domo, donde sin duda lo deben reforzar para el invierno. La infraestructura se asemeja a una panal de abejas gigante, donde tiene una plataforma al interior simulando ser una mansarda. "Es súper fresco, si uno ingresa se te das cuenta que puedes vivir perfectamente en un lugar así. Es antisísmico y súper económico construirlo", explica Ricardo.

En los alrededores se escucha sólo el ruido del viento y los animales que viven por el sector. Actualmente viven dos familias en la comunidad, donde reciben visitas de quienes deseen aprender de la permacultura y sus derivados. "Vienen personas a convivir con nosotros. Está un tiempo y después vuelven para ver los avances que tenemos. Nosotros también visitamos otros lugares, porque esto es una cadena a nivel país", explica Ricardo.

DOMOS Y BAÑOS SECOS

La búsqueda por optimizar los recursos es el objetivo principal. Pensar en un baño que no utilice agua, podría sonar descabellado, pero ellos tienen dos. "Entre las estructuras que tenemos está el domo de súper adobe, un sistema de dreno con una laguna. Hicimos una cabaña como nuestro primer refugio, donde actualmente dormimos. Dos baños secos y dos duchas. El tema de los baños es con un separador de orina, donde las fecas caen a un recipiente y se tapan con aserrín, la que final se composta y se convierte en tierra. Es un proceso anaeróbico, que sirve de abono, pero por seguridad no lo utilizamos en la huerta, más bien en los árboles", manifiesta Ricardo.

En el terreno también se encuentra otro domo de madera que está siendo construido en estos momentos con el objetivo de ser terminado antes del invierno. "Esta estructura trabaja toda junta, a través de un solo cuerpo. Es una casa simple, de madera y tornillo que empezamos en septiembre a construirla y el invierno será la prueba de fuego. Tiene un cuento geométrico, los triángulos tienen diversas medidas y ahí se unen. También tenemos un generador de energía eólica, paneles solares del que obtenemos la luz", agrega Ricardo.

El veterinario admite que a veces sus vecinos les proporcionan corriente para realizar sus trabajos, los que intercambian por la miel que cultivan. Además de las estructuras donde viven, también tienen un horno de barro, donde hacen el pan y cocinan, el que se encuentra en medio de un improvisado comedor al aire libre, que pretenden arreglar para ocuparlo en invierno.

MÉTODOS PARA EL FUTURO

Así como la energía peligra, la extracción de petróleo cada año es más escasa y el agua menos pura, estos jóvenes saben que sus ideales no son utópicos y que pueden ser reales y aplicables. Así es como trabajan con el joven Alexis Torres, quien se ha encargado del manejo de los recursos naturales. Oriundo de Coñaripe, asegura que todo lo que hacen servirá en un futuro no muy lejano.

"Mi papel acá en la comunidad es colaborar con los chicos, co-fundar, pero es algo que hacemos todos, nadie tiene más importancia que el resto. Al modo como lo conocemos el tema de los recursos naturales, estos tienen los días contados. El petróleo cada día vale más y se extrae menos. Somos una generación dependiente y es inevitable optar a una vida resiliente, es decir, con un estándar menos derrochador más consciente, porque esta energía se acabará", comenta Alexis, quien asegura que es la humanidad la responsable de mantener los recursos vivos, pero a través de actividades renovables como las que practican ellos.

El joven además agrega que perfectamente se podría tener como una opción, el tema de los baños secos, los que permitirían un ahorro "Hace unos días cortaron el agua en casi todo Chillán, se sobreestimó un poco el tema, pero piense que de aquí a 10 años más, si no hacemos algo cerca del 75 por ciento de la población del mundo va a tener problemas de agua. No digo que el baño seco sea la panacea, pero es una opción muy inteligente. Si vamos a ocupar el recurso que es escaso, para qué depositar nuestras fecas en el río o más horrible aún echarle cloro para llamarle limpio. Tenemos que pensar cómo formular una vida más simple e inteligente en cuanto al manejo de recursos. Hace 50 años se podía bañar en cualquier río, ahora creo que no", reflexiona Alexis.

ECONOMÍA Y PROYECTOS

Pero así buscan optimizar los recursos y ahorrar hasta lo que más puedan, no les ha faltado la forma de adquirir material para construir sus viviendas y estructuras. "Hay aportes propios de los miembros, pero algo importante es la re utilización de materiales. Afortunadamente tenemos contacto con personas que les sobra materiales de construcción y han colaborado con el proyecto. También está el tema de usar los recursos del lugar, por ejemplo, el domo de súper adobe fue construido con la tierra de este lugar, pero todos los materiales son económicos", asegura Fabiola, quien vive con su pareja y su pequeña hija.

Ricardo y Fabiola han recorrido diversas comunidades en la región y también en el país, donde han ido enseñando la permacultura. A pesar de los prejuicios de algunas personas que los tildan como "extraños" o simplemente "soñadores", piensan en seguir creciendo, donde los proyectos en la comunidad no son pocos. "Los prejuicios de la gente... no sé si sea necesario hablar de eso, es mejor que no nos hagan juicios y que nos conozcan. Estamos usando el sentido común. La idea es que uno sea sustentable, si es que llega un colapso, ser capaces de ser auto suficientes y no depender de nada. Para el terremoto nos dimos cuenta", señala Ricardo.

Entre los proyectos que se encuentran en carpeta está una piscina ecológica. "En Europa es obligatorio no usar cloro, acá sucede todo lo contrario. Uno imita lo que ocurre en la naturaleza, que es un estanque natural, donde hay una zona baja y una más profunda. En la baja hay ciertas plantas que oxigenan que mantienen el agua limpia y uno la hace circular para mantenerla limpia, porque el agua es verde, pero no está descompuesta", agrega el médico veterinario.

MUCHAS VISITAS

Otra de los puntos que caracteriza a este grupo de jóvenes es la idea de expandir estos sistemas que están implementando. Es como a través de una página web hacen la invitación a todos quienes deseen aprender y también visitar las rústicas instalaciones de Rukatrunkai.

"La idea es que la gente que se queda con nosotros debe aprender a vivir en comunidad, ser responsables, que tiene almuerzos que preparar, casas que construir, baños que limpiar, realizar los cultivos, etc. Vivimos en comunidad, con la madre tierra, aprendemos lo mejor de cada uno de nosotros. Muchos chilenos han respondido nuestro llamado y también extranjeros. Esperamos que esto siga creciendo, porque es una realidad", concluye Fabiola.


Fuente: ( diarioladiscusion )

UNA VIDA NATURAL

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