En un trabajo de investigación para el Cedit, Roberto Burna, R. Ulianab y F. Kramer, de la cátedra de Farmacotenia de la facultad de ciencias Exactas, químicas y naturales de la UNaM, establecieron que la guayaba (Psidium guajava) es empleada desde tiempos antiguos para tratar la diarrea y son numerosas las investigaciones acerca de sus acciones farmacológicas, no obstante ello, no forma parte del texto oficial. El análisis comparativo entre valores de taninos, flavonoides y aceites esenciales codificados en la Farmacopea Brasileña y los valores arrojados por este análisis, reveló que los mismos son menores en los tres casos para Misiones, y para taninos y flavonoides en Corrientes. Concluyeron que los contenidos hallados justificarían el uso popular.
La investigación se denomina “Análisis comparativo de principios activos en guayaba (psidium guayava L.) y correlación con su uso popular como tratamiento antidiarreico", y fue presentada en el Centro de Convenciones, durante las jornadas de Iniciación de Investigación 2011", organizadas por el Cedit.
La diarrea aguda es uno de los problemas más importantes para la salud pública. La OMS recomienda tratarla
empleando sólo medidas higiénico-dietéticas, sin embargo, médicos y pacientes demandan algún tratamiento para aliviar los cólicos y reducir el tiempo de enfermedad.
La monografía de P. guajava fue incorporada a la farmacopea brasileña en 2002. Valiéndonos de este antecedente, se realizó un análisis de principios activos en hojas de P. guajava de las provincias de la Mesopotamia Argentina, con los objetivos de: analizar la correspondencia entre uso popular y acción antidiarréica, en función del tipo y cantidad de principios activos hallados y, comparar estas cantidades con las de la misma especie en Brasil.
El análisis comparativo entre valores de taninos, flavonoides y aceites esenciales codificados en Farmacopea Brasileña y los valores arrojados por este análisis, reveló que los mismos son menores en los tres casos para Misiones, y para taninos y flavonoides en Corrientes. Mientras que en Entre Ríos, los valores son inferiores para taninos pero iguales para flavonoides. Concluyeron los contenidos hallados justificarían el uso popular.
Discusión
La OMS recomienda tratar la diarrea simple en todas las edades empleando medidas higiénico dietéticas, sin embargo, tanto médicos como pacientes demandan disponer de algún recurso terapéutico para aliviar los cólicos, reducir los síntomas restantes y el tiempo de evolución de la enfermedad.
Considerando que los brotes de diarrea son muy frecuentes en comunidades que viven en condiciones precarias de higiene y que es una de las enfermedades gastrointestinales que más afecta a la población infantil, resulta importante plantear la necesidad de desarrollar un medicamento seguro y eficaz a partir del uso tradicional de plantas, como es el caso de la guayaba. Ésta además constituye una opción factible debido a su rápida acción curativa contra la diarrea provocada por las
toxinas producidas por S. aureus y E. coli, y es un tratamiento que puede ser obtenido a un bajo costo.
Introducción
En las últimas décadas, se viene observando un creciente interés por parte tanto de países desarrollados como en desarrollo, por la medicina tradicional, y en particular por los medicamentos herbarios. Se ha producido un rápido crecimiento de los mercados nacionales e internacionales de las hierbas medicinales y se están obteniendo rendimientos económicos significativos. Según la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, se estima que las ventas mundiales de productos herbarios ascendieron en el año 2000 a 60.000 millones de dólares EE. UU.
En consecuencia, tanto las autoridades sanitarias como la opinión pública se han interesado cada vez más por los medicamentos herbarios [1]. Sin embargo, las razones que motivan este incremento en unos y otros países, son muy diferentes.
En el caso de las regiones en desarrollo, la realidad actual indica que para muchos millones de personas, con frecuencia habitantes de zonas rurales, las medicinas herbarias y los tratamientos tradicionales son la principal fuente, si no la única, de atención sanitaria.
Es el caso de América Latina, que cuenta con índices de pobreza acuciantes y donde el acceso a los medicamentos es cada vez más limitado; no obstante ello, son muy escasas las políticas estatales que se direccionan a promocionar la utilización de las plantas medicinales en APS [2]. Por otra parte, en el terreno práctico, puede ser de gran utilidad para los médicos conocer las plantas que consumen sus pacientes y disponer de datos precisos sobre cuáles son los efectos que éstas producen en el organismo.
En este contexto, es posible que el difundido empleo de plantas medicinales en Misiones no se deba exclusivamente a una arraigada tradición, sino que es influenciado por las peculiaridades socio-económicas, tal como lo demuestran los indicadores y las estadísticas de salud.
La OMS viene expresando, a través de varios comunicados, su posición respecto a la necesidad de revalorar la utilización de las plantas medicinales en el ámbito sanitario, teniendo en cuenta que el 80% de la población mundial depende de las mismas en lo atinente a la atención primaria de la salud.
Asimismo, se destaca la participación que tienen los países en vías de desarrollo en este proyecto, ya que 2/3 partes de las
especies vegetales medicinales del mundo se originan en esos países.
Cabe agregar que, “… observando la Farmacopea Argentina, son raras o excepcionales las plantas nativas que se han incorporado a la misma; teniendo en cuenta que el número de especies que integran nuestra flora es casi igual a la totalidad de las especies constitutivas de la flora europea, surge como un despropósito que únicamente se validen las plantas foráneas, quedando siempre postergadas las autóctonas” .
En función de lo dicho, queda claro que es necesario legislar al respecto por varias razones; entre las cuales está promover e incentivar los estudios fitoterápicos, ya que se trata de recursos disponibles y renovables; lo que le permitiría al país no sólo abastecer al mercado consumidor interno sino crear una nueva fuente de exportación con mercados muy apetecibles al respecto.
En tal sentido, resulta indispensable establecer una farmacopea adecuada a las necesidades de estas regiones.
A partir de estas ideas, nos propusimos el estudio de una planta autóctona de difundida utilización popular, que cuenta con ensayos farmacológicos pero que no se encuentra codificada en nuestra farmacopea, aprovechando que está aprobada en Brasil donde fue incluida en el fascículo IV de la farmacopea en el año 2002.
Psidium guajaba L. es un árbol o arbusto perenne de 1,5-6 m de altura, perteneciente a la familia de las Mirtáceas. El nombre del género deriva del griego “psidion”=granada [6] y es comúnmente conocida como “guayabo”, “arazá guazú” o “arazá” [7]. Su tronco alcanza hasta 20 cm de diámetro y está recubierto por una corteza marrón claro que se desprende en delgadas escamas; tiene hojas oblongas o elípticas de 4 a 12 cm de largo; pedúnculos axilares con 1-3 flores pubescentes blancas y un fruto globoso o piriforme, amarillo, de 3-6 cm de diámetro [6,4], con olor fragante y pulpa de color amarillo o rosa con numerosas semillas [8]. Desde tiempos antiguos, se ha naturalizado mas allá de su rango de distribución original, que
probablemente se restringía a México, Indias Occidentales o Perú.
En Argentina se distribuye en las provincia de Misiones, Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Salta y Tucumán [9].
Más allá del empleo alimentario, existen evidencias acerca del uso medicinal de las hojas de guayaba desde épocas precolombinas como astringente y antisarnoso; también de que era utilizada por el ejército libertador de Cuba durante la guerra de la independencia de ese país en el siglo XIX.
Aún hoy en Cuba la decocción de los retoños foliares se emplea contra los vómitos y resfriados [2]; en la India, las hojas
nuevas son usadas como antitusígeno; en China utilizaban las hojas como antiinflamatorio y agente hemostático, y otros usos que también se describen son antimicrobiano e hipoglucemiante.
En nuestra zona su uso más difundido es como antidiarreico y antidisentérico [7], empleándose para tal fin la decocción
de la corteza y/o hojas y/o frutos.
Trabajos recientes hacen alusión a diversas acciones in vitro de la guayaba, tales como antifúngica; leishmanicida y tripanocida; antibacteriana; entre otras, ya que se observan en revistas de farmacognosia numerosas investigaciones acerca de esta especie, en las cuales se adjudican los efectos observados principalmente a taninos y flavonoides hallados en cantidades apreciables en diferentes partes de la planta. Entre otros compuestos químicos se reportan: vitamina C, aceite esencial, carbohidratos, esteroides y alcaloides.
Asimismo, está siendo estudiada la actividad antioxidante de los compuentos polifenólicos para el desarrollo de formulaciones fitocosméticas.
Como puede inferirse, se trata de una planta con importantes potencialidades, ya sea como una herramienta terapéutica en Atención Primaria de la Salud (APS) o como material de exportación hacia países que, como lo demuestran las estadísticas, año a año incrementan las demandas de estos productos.
Conclusiones
Considerando la acción biológica descripta en la literatura de los principios activos en cuestión y las cantidades de los mismos halladas en este estudio, se concluye que es fundado el uso tradicional de Psidium guajava L. en las provincias de de Misiones, Corrientes y Entre Ríos.
El análisis comparativo entre los valores de taninos, flavonoides y aceites esenciales codificados por la Farmacopea Brasilera y los valores arrojados por este análisis, reveló que los mismos son menores en los tres casos para la muestra de la provincia de Misiones, así como para taninos y flavonoides de Corrientes. En el caso de la muestra de Entre Ríos, los valores son inferiores para taninos pero no así para flavonoides, donde los valores son coincidentes.
En función de lo antes dicho, se aconseja incluir a Psidium guajava L. en la Farmacopea Nacional Argentina y llevar a término las investigaciones necesarias para la obtención de un fitofármaco.
Fuente: ( misionesonline )
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