Estos son los primeros resultados que vinculan la disminución de la capa de ozono sobre la zona polar con el cambio climático hasta la línea de Ecuador.
Los investigadores afirmaron que el análisis debería conducir a los responsables políticos a considerar el debilitamiento de la capa de ozono junto a otros factores medioambientales, como el derretimiento del hielo ártico y las emisiones de gases de efecto invernadero, cuando estudien cómo combatir el cambio climático.
"Es sorprendente que el hueco de la capa de ozono, ubicado tan alto en la atmósfera sobre la Antártida, pueda generar un impacto que llegue a los trópicos y afectar allí las lluvias", afirmó Sarah Kang, principal autora del estudio publicado en la revista Science. "Es como un efecto dominó", explicó.
La capa de ozono protege a la Tierra de los rayos ultravioleta nocivos del Sol, responsables del cáncer de piel y del debilitamiento del sistema inmunológico.
"Este descubrimiento podría revolucionar la estrategia de lucha contra el calentamiento global, ya que el hueco en la capa de ozono es un factor importante en el sistema climático del planeta", estimó Lorenzo Polvani, profesor de ciencias medioambientales de la Universidad Columbia.
Los científicos señalan que el hueco en la capa de ozono, descubierto en los años 80, se debe al excesivo uso de aerosoles con clorofluorocarbonos (CFC). Desde que 196 países firmaron el Protocolo de Montreal en 1989, la mayoría de la producción de CFC en el mundo se detuvo. Los expertos calculan que el hueco se cerrará a mediados de este siglo.
ÚLTIMO INFORME
Pocas semanas atrás, en un último informe sobre la capa de ozono, se reveló que la capa sobre el Ártico había sufrido una disminución, por lo que las regiones septentrionales del planeta deberán vigilar su nivel de exposición a las radiaciones ultravioletas.
"Las observaciones efectuadas desde el suelo mediante un globo sonda encima del Ártico así como las hechas por satélite revelan que la columna de ozono acusó una disminución de alrededor del 40% en esta región entre el comienzo del invierno y el final del mes de marzo", explicaron los expertos.
Por estos cambios, los países nórdicos tendrán que estar atentos a las radiaciones ultravioletas. "Como la elevación del Sol va a aumentar en las próximas semanas, las regiones afectadas por el agujero de ozono tendrán que vigilar las radiaciones ultravioletas que serán superiores a lo normal.
En la Antártida, el agujero en la capa de ozono es un fenómeno anual que sobreviene en invierno y en la primavera a causa de las temperaturas sumamente bajas que reinan en la estratosfera, mientras que en el Ártico, las condiciones meteorológicas varían mucho más de un año al otro.
Es por esta razón que algunos inviernos árticos se caracterizan por una pérdida de ozono casi nula, mientras que en otros años, la persistencia de bajas temperaturas estratosféricas después del fin de la noche polar puede provocar a veces una destrucción importante de la capa de ozono.
Las sustancias que empobrecen la capa de ozono, tales como los clorofluorocarbonos y los halones, utilizados hasta no hace mucho en los refrigeradores, los propulsores de aerosol y los extintores, se han ido eliminando progresivamente conforme a las disposiciones del Protocolo de Montreal.
Gracias a este acuerdo internacional, la capa de ozono, con excepción de las regiones polares, debería volver a su nivel de antes de 1980 hacia 2030-2040.
La exposición a los rayos ultravioletas (B) puede causar, en los humanos, cáncer de piel, cataratas entre otras enfermedades. Algunas especies de la fauna marina y ciertos cultivos también pueden verse afectados.
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