sábado, 16 de abril de 2011

Guía práctica para dejar de ser un hombre de "peso"

La obesidad se ha convertido en un problema mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1980 el sobrepeso ha doblado sus cifras, en todo el planeta. 



En 2008, mil 500 millones de adultos (de 20 años y más) tenían sobrepeso. Dentro de este grupo, más de 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesos. 

Otro dato alarmante es que a partir del 2010, a nivel mundial, alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.  

Lo anterior ha ocasionado que la gordura sea el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año mueren, por lo menos, 2.8 millones de personas adultas como consecuencia del exceso de peso. 

Además, el 44 por ciento de la carga de diabetes, el 23 por ciento de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7 por ciento y el 41 por ciento de la carga de algunos cánceres, son atribuibles a la obesidad. 

En México, los datos no dejan de ser alarmantes. De acuerdo con la Secretaría de Salud, hoy en día, ocupamos el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en obesidad adulta.
De acuerdo con la consulta Mitofsky (Junio del 2008) el 38.5 por ciento de la población entrevistada realiza ejercicio, pero es menor a lo registrado cuatro años antes, que era de 41.7 por ciento. 

Del 38.5  por ciento de personas mexicanas que realizan ejercicio; prácticamente, la mitad fuma y tiene éste y otros hábitos nocivos. 

Además, el 34.6 por ciento de los que realizan ejercicio, acostumbran ver televisión por más de tres horas. 

¿Qué hacer para combatir el sobrepeso? El sitio webdelabelleza.com indica lo siguiente: 

1. Consumir más fibra. Es importante cambiar las harinas refinadas por equivalentes con granos enteros. La fibra hace más rápida la digestión, produciendo una sensación de saciedad por más tiempo. En tiendas naturistas podemos encontrar panes, pastas y galletas elaborados con trigo entero o multigrano.
2. Planificar el menú. Antes de sentarnos a la mesa, debemos decidir de forma consciente qué cantidad de comida vamos a ingerir, en lugar de comer hasta saciarnos; ten en cuenta que el cerebro demora 20 minutos en registrar que estamos satisfechos.
3. Conocer las calorias necesarias. Debemos calcular los requerimientos calóricos de acuerdo a nuestro peso, complexión, estatura y nivel de actividad física.
4. Formar equipo. Ponernos de acuerdo con una amigo o compañero de trabajo que también esté a dieta para motivarnos mutuamente.
5. No saltarnos el desayuno. Cuando no desayunamos, tendemos a consumir más alimentos durante el día y, al mismo tiempo, el metabolismo acumula más grasa.
6. Consumir verduras y frutas. Brindan sensación de saciedad, nutren y aportan menos calorías.
7. Escucharnos. Debemos aprender lo que pide nuestro cuerpo, si es hambre o un simple antojo.
8. Disminuir el consumo de sal y embutidos. Éstos favorecen en la retención de líquidos e hinchazón corporal.
9. No repetir raciones. Sólo podemos hacerlo si se trata de verduras o frutas. Para evitarlo, debemos hacer comidas variadas con el fin de obtener todos los nutrientes necesarios.  
10. Realizar actividad física tres días a la semana como mínimo. De preferencia ejercicios cardiovasculares que permiten acelerar el metabolismo. Asimismo, evitar permanecer en la misma posición más de una hora sin realizar ningún movimiento. 

Fuente: ( De 10mx )

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