Con una sofisticada logística que le permite competir con el gobierno por la popularidad en los estratos más bajos, el CEO de Empresas Polar se ha transformado en el gran símbolo y esperanza del sector empresarial venezolano en los últimos años.
El presidente está en la televisión, pero a Polar la tenemos en la casa”, dice Ester Blanco, una dueña de casa de Caracas, quien pese a haber votado por Chávez en las últimas tres elecciones, prefiere tomar palco en el conflicto que el presidente venezolano tiene con el empresario Lorenzo Mendoza, presidente ejecutivo (CEO) de Empresas Polar. “La harina de maíz que compramos, la cerveza, las pastas, gran parte de nuestros alimentos son de Polar”, dice Blanco.
Y es que el tradicional conglomerado de bebidas y alimentos Empresas Polar ha ganado una importancia estratégica en la convulsionada Venezuela de hoy. No porque se trate del mayor grupo empresarial privado que va quedando en el país. Tampoco porque haya sido especialmente exitoso en crecer en medio del complicado escenario político del presidente Hugo Chávez. El tema es otro. “Si hay alguien que puede disputar el reinado de Chávez en las clases populares, ése es Empresas Polar”, dice el economista venezolano Juan Toro, director de la consultora Entorno Estrategia. “Su empresa tiene fuertes vínculos emocionales y utilitarios con todos los estratos socioeconómicos del país”.
Cerveza Polar es la cerveza preferida por el 80% de los consumidores en Venezuela, el país que tiene el consumo de cerveza per cápita más alto de toda América Latina. Además produce un portafolio de cientos de productos alimentarios presente en prácticamente todos los hogares del país. “Cada vez que entramos a una categoría aspiramos a ser el primero o segundo”, dice una fuente de la empresa. “No entramos si vemos que no podemos lograrlo”.
Entre Mendoza y Chávez existe una guerra fría en la que ambos ceden y ganan espacios.
Para ello ha sido fundamental la aceitada maquinaria logística que ha desarrollado la compañía y que le ha dado una cobertura en todo el territorio nacional. No es un dato menor. En la complicada geografía del país, los únicos que cubren todo el territorio son el gobierno y Empresas Polar.
Y es que la historia de Lorenzo Mendoza no se puede entender sin la historia de Chávez. De hecho Mendoza asumió como CEO de Empresas Polar en 1999, el mismo año en que Chávez llegó a la presidencia venezolana.
Ocurrió varios años después de la muerte de su padre, también llamado Lorenzo, un médico siquiatra quien debió hacerse cargo del grupo empresarial familiar. Junto a su madre, una misionera salesiana, le dieron una educación jesuita a sus hijos, fuera de los tradicionales colegios de la elite de Caracas.
Por ello, quienes lo conocen, dicen que pese a ser una de las mayores fortunas de América Latina, Mendoza se mantiene alejado de las elites empresariales, de los micrófonos y las corbatas. Su foco ha estado en intensificar la proximidad con los más de 35.000 trabajadores que ya suma toda la empresa. “Empresas Polar es la compañía que mejor paga salarios en todo el país, son incluso mejor que los de PDVSA”, dice un director de un diario de Caracas quien pidió no dar a conocer su nombre.
Además, Mendoza se ha involucrado en fuertes campañas de responsabilidad social que le han permitido acumular capital y reconocimiento social. La compañía tiene una fundación con 120 profesionales full time dedicados a promover la educación, la salud y el desarrollo comunitario.
Para muchos, la inversión en los trabajadores sería un costo innecesario, pero para Empresas Polar ha sido fundamental para mantener su integridad. De hecho, los trabajadores se han transformado en la principal resistencia a las cinco expropiaciones mandatadas por el gobierno, incluyendo la de un terreno donde funcionaba una de sus iniciativas de RSE, el Centro de Atención Nutricional Infantil Antimano (Cania). Hasta el momento no se ha ejecutado ninguna.
Según analistas como Toro y otros que piden no revelar su nombre, el gobierno no quiere un conflicto directo entre el ejército y los trabajadores de Polar. Además, en sus cálculos también está evitar el costo político y económico (desabastecimiento e inflación) que implicaría manejar ineficientemente la mayor empresa de alimentos en el país en un contexto de alza general en los precios de la comida.
Un alto ejecutivo de Polar explica la estrategia de la empresa: “La Constitución es clara: respeta y promueve la propiedad privada. Como empresa tenemos deberes y derechos, y nos defenderemos ante el estado de derecho”. “No hay duda que, por su tamaño y poder, Polar es el principal blanco en la mira del presidente”, dice José Manuel Puente, economista del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Venezuela. “La estrategia de Mendoza y sus empleados es aguantar”.
No obstante, el gobierno de Chávez ha buscado el control por otros lados. En octubre pasado expropió la filial venezolana de Owen Illinois, fabricante de botellas de vidrio, y, poco antes, Agroisleña, un proveedor agrícola.“No sólo busca controlar Polar a través de sus proveedores, también lo hace a través de los controles de cambios y a través de las regulaciones”, dice Toro, de Entorno Estrategia.
El presidente Chávez ocupa además su privilegiado acceso a los medios para criticar y agredir a Mendoza, a quien incluso ha responsabilizado “de todos los males del país por culpa de su cerveza”. No obstante las agresiones, hasta el momento se ha tratado de una guerra fría en la que los dos han cedido y los dos han ganado. De hecho, el incremento en la base de consumidores originado por las políticas de distribución de riqueza petrolera del gobierno ha apoyado en gran medida los negocios de Empresas Polar en la última década. La empresa es cerrada y Mendoza se guarda el derecho de no hablar de sus cifras. Pero la información disponible dice que hoy Polar tiene cuatro veces la planilla de trabajadores que tenía en 1999, cuando sumaba ventas por unos US$ 2.000 millones.
Así, la estrategia de Mendoza ha sido judicializar el conflicto y evitar el enfrentamiento directo con Chávez, a quien siempre trata de señor presidente, incluso al interior de su hogar. Y es que gran parte de sus consumidores, tal como Ester Blanco, son también chavistas.
Es por ello que muchos ven en Mendoza la mejor carta para enfrentar a Chávez en las elecciones presidenciales de 2012. Pero el empresario, que ha criticado a la oposición venezolana por su falta de unidad, evita referirse al tema presidencial. “No lo hará, pues sería pasar de una guerra fría a una guerra caliente”, dice Toro. “Por ahora las cosas no están para eso”.
1 comments:
Este hombre tiene el entrenamiento empresarial para dirigir Venezuela con exito, lastimaque la politica no le interese en lo mas minimo!
los mejores defensores de su organizacion han sido los empleados, quienes no quieren que el privilegio de trabajar para una empresa que genera tanto beneficios para ellos como para sus fliares, no se imaginan como seria trabajar fuera de la cultura organizacional de Polar..Lo se porq mi hna trabaja ahi!!
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