Estudios realizados en instituto puertorriqueño arrojan luz sobre este trastorno
sábado, 30 de abril de 2011
Teorías sobre el autismo
Por Ileana Delgado Castro / idelgado@elnuevodia.com
Los niños con autismo tienen un componente inmunológico alterado debido a que al momento de la concepción, sus madres tenían el sistema inmunológico afectado. Y eso, al parecer, incide en el desarrollo del cerebro del feto. Así se desprende de las investigaciones que se han realizado en el Instituto Filius, centro de investigación y de servicios de la Universidad de Puerto Rico (UPR), dirigido por el patólogo del habla y el lenguaje, Nicolás Linares Orama, también catedrático del Recinto de Ciencias Médicas.
“Las razones de que el sistema inmunológico de la mamás esté afectado pueden ser muchas; como estrés, cuidado prenatal inadecuado e infecciones, entre otras”, señala Linares, quien también destaca otra teoría que se discute en los centros de investigación a nivel mundial sobre el cerebro hipermasculino de los niños con autismo.
“Los investigadores dicen que si la mamá está estresada, trabaja muchas horas durante el día, tiene que hacer mucha fuerza y desarrolla mucha estámina para poder lidiar con el trabajo, acumula mucho estrógeno y testosterona”, explica Linares. Y la testosterona alta en madres embarazadas se cree que es lo que crea un cerebro hipermasculino “que enfatiza más en las cosas y no en las emociones”.
De hecho, recientemente investigadores del Centro para la Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge, analizaron las concentraciones de testosterona en el líquido amniótico a las que estuvieron expuestos 235 fetos. Tras su nacimiento, les sometieron a varias pruebas centradas en la conexión y comunicación con las madres, para detectar rasgos de comportamiento autista más o menos serios.
La conclusión del estudio, muy polémica, es que hay una conexión entre la cantidad de testosterona en el líquido amniótico con el desarrollo de trastornos de espectro autista o con comportamientos encuadrables en dicho trastorno. Es decir, las hormonas masculinas son un desencadenante del autismo desde la vida fetal.
Precisamente, el autismo es mucho más frecuente en los varones que en la mujeres, por lo que esta tesis podría explicar esta proporción.
Identificación temprana
Pero más allá de las teorías sobre el origen del autismo, Linares enfatiza en la importancia de la detección temprana que, según dice, puede ser tan pronto como entre los diez y los 12 meses. Y destaca que ya no es como antes que se esperaba hasta que el niño tuviera tres años para hacer el diagnóstico.
“Yo como clínico te puedo decir que se pierde mucho tiempo (si se espera a los tres años). Creo que es importante identificarlos bien temprano para comenzar a trabajar con ellos rápido”, resalta Linares.
Y para lograrlo, el experto recomienda estar atento desde muy temprano a algunas destrezas que se desarrollan bastante rápido. Una de ellas es la capacidad del niño de imitar y la otra es la forma de relacionarse con las demás personas.
“Normalmente, cuando das palmadas él niño imita, te mira y se sonríe; te hace gestos para mostrarte algo o le pides algo y lo hace”, agrega Linares. En contraste, el niño con autismo puede parecer sordo.
“Son dos de las áreas que más nos permiten a nosotros decir 'este niño está en sospecha de tener autismo'. Por eso ahora vamos a estar trabajando en un protocolo para que los pediatras y padres estén atentos desde pequeños y se pueda detectar el autismo lo más temprano posible”, indica Linares.
Sin embargo, una de las dificultades con la que se ha topado el patólogo del habla es que, comúnmente, muchos padres no aceptan el diagnóstico. “También hay mucho divorcio entre los padres de niños con autismo, eso está ampliamente documentado. Así que hay que bregar con el niño temprano y con los padres para que trabajen con sus emociones y todas las tensiones que trae un niño con autismo”, agrega el especialista.
Según Linares, en el Instituto Filius, utilizan un modelo de intervención integral para trabajar con niños que tienen autismo en el que utilizan un conglomerado de técnicas que se ha demostrado que funcionan. Pero la clave, agrega, es aplicarlas de forma individualizada con cada niño.
“No hay dos niños con autismo que sean iguales. Tenemos que hacer una evaluación individualizada y el tratamiento también tiene que se individualizado”, subraya Linares, tras señalar que en Filius tienen varias iniciativas para trabajar con estos niños. Una de ellas, es la clínica de diagnóstico, donde llegan anualmente cerca 350 niños al referidos por el Departamento de Educación.
“De allí referimos a los padres a distintas áreas de servicio. En ese sentido nos convertimos también en un centro de orientación a la familia. También damos servicio de apoyo a niños que ya están en escuelas públicas”, indica Linares. El propósito es ayudar a los maestros para que incluyan a los niños con autismo en la corriente regular.
Problemas de aprendizaje
En el Instituto Filius, destaca Linares, también se hace investigación sobre educación especial, los problemas de aprendizaje y su relación con niños que están en instituciones juveniles. Afirma que uno de los hallazgos más importantes entre niños confinados, especialmente en varones, es la relación bien directa entre ser varón, tener un problema específico de aprendizaje, deserción escolar y por último, delincuencia.
“Es bien importante esta relación porque la educación especial en Puerto Rico se puede convertir en un instrumento para la prevención de la delincuencia. Estos niños tienen problemas de aprendizaje que no les permite ir a la par con los demás y eso les va afectando su autoestima, lo que provoca que eventualmente dejen la escuela. Si viven en un entorno en que la familia es disfuncional y una comunidad con problemas, es muy probable que se quede en la calle y entre a la delincuencia”, explica Linares.
De hecho, el patólogo indica que han hecho sondeos con muchachos que están en instituciones juveniles y hay casi un 80% que son de educación especial. Uno de los problemas es que si en esos meses que están en la institución no se le da un tratamiento individualizado, intenso e interdisciplinario, resalta Linares, cuando salen y vuelven a la escuela, les va a pasar lo mismo.
Por eso su recomendación sería hacer una institución para que cuando salgan puedan ir, por ejemplo, a una escuela vocacional “con gente que sepa bregar con esas mentes”, para que estos niños no tengan que ir a ambientes donde vuelvan a reincidir.
Instituto Filius
Es el primer instituto de investigación multidisciplinaria y multicampus creado en la Universidad de Puerto Rico. Se creó con el objetivo de llevar a cabo trabajos de investigaciones en beneficio de las personas con impedimentos y con otras necesidades especiales, además de capacitar a profesionales, señala Nicolás Linares Orama. Cuenta con cinco programas especializados en distintas áreas: Programa de Autismo y Otros Impedimentos Humanos, Programa de Asistencia Tecnológica, Programa de Investigación en Salud Mental y Corrección Penal, Programa de Investigación y Refortalecimiento Comunitario, Programa de Investigaciones Educativas.
Fuente: ( elnuevodia )
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