domingo, 15 de mayo de 2011

Claves y estrategias para la salud y la longevidad

Los estilos de vida saludables como una correcta alimentación, actividad física regular y el manejo del exceso de estrés, son algunos de los factores que determinan la salud y la longevidad de los individuos. Si bien esto es bien conocido, pocos son los que logran buenos hábitos de vida. La clave está en cómo abordarlos, aseguró a Salud y Bienestar el médico especialista en Endocrinología y Metabolismo Sergio E. Schlimovich.


La mayoría de nosotros hemos leído o escuchado alguna vez cuán perjudicial puede ser para nuestra salud una dieta inadecuada, la falta de ejercicio físico periódico, un mal manejo del exceso de estrés, el consumo de tabaco o el exceso de alcohol, entre otros malos hábitos de vida. Sin embargo, “a la hora de iniciar necesarios cambios y tratar de mantenerlos, aparecen una serie de dificultades, y esto se debe a varias causas que pueden ser generales y/o personales”, señaló el profesional que también es experto en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades.

En diálogo con este suplemento, Schlimovich manifestó que “la experiencia en consultorio demuestra que gran parte de estos problemas obedece básicamente a una falta de concientización y educación frente a una serie de factores que llamamos determinantes de la salud. En primera instancia, no es posible cambiar aquello que no se conoce bien”.

Esto sucede, por un lado, debido a que nuestra educación escolar y universitaria no incluye normalmente contenidos educativos que nos preparen para una vida saludable, y en caso de que exista lo hace de manera aislada o discontinua. No obstante, pueden verse en algunos centros educacionales la aplicación de programas como escuelas y universidades saludables.
Por otro lado, la industria alimentaria tradicional invade con publicidad nuestros hogares llevándonos a consumir alimentos procesados y productos transgénicos con pesticidas donde, en muchos casos, los micronutrientes necesarios para la vida brillan por su ausencia.


Comida chatarra: negativa para la salud.
Pero esto no es casual, “hay una respuesta del mercado agroindustrial para desarrollar alimentos envasados fáciles de cocinar, que están a tono con el ritmo de vida que lleva la mayoría de la población: ‘poco tiempo y muchas responsabilidades’. Si bien hay una tendencia a desarrollar productos fortificados o enriquecidos, nada es mejor que un alimento fresco como pueden ser las frutas y verduras de huerta orgánica conteniendo los micronutrientes naturales”, agregó Schlimovich.

Otros problemas

Además, el agua que consumimos a diario posee vestigios de plaguicidas y otros químicos peligrosos que se acumulan en nuestro organismo provocando daños importantes a mediano y largo plazo. “La población infantil es la más vulnerable a una serie de contaminantes tóxicos persistentes (CTPs) los cuales, muchos de ellos, se comportan como disruptores endocrinos (DEs), es decir, interfieren con el normal funcionamiento de las hormonas del organismo. El aire también es una fuente importante de contaminantes tóxicos que van minando nuestras defensas, y los compuestos orgánicos volátiles (COVs) representan un grupo de químicos muy nocivo para la salud”.

“Por si esto fuera poco, nuestro ritmo de vida actual deja poco tiempo para la actividad física regular que es necesaria e imprescindible para mantener la buena salud. Habitualmente, durante la escuela, hacemos alguna actividad física en forma periódica, pero al terminar el tiempo escolar, después de los 17-18 años, los ejercicios físicos regulares decaen estrepitosamente en la mayoría de nosotros.

Asimismo, el exceso de tensiones que propone la vida moderna hace que nos veamos sometidos cada vez más a mayor estrés”.


Estrés: en aumento, por rel ritmo de vida.
El especialista señaló que distintos estudios “han demostrado que el extremo estrés es una de las mayores causales en la predisposición de padecer todo tipo de enfermedades. Esto ha sido corroborado en los últimos años por numerosos investigadores. En junio de 1999, la revista científica especializada The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, dependiente de la Sociedad Americana de Endocrinología, resume en su editorial los trabajos de varios autores sobre este tema tan importante para la medicina y la sociedad. Entre los aspectos más destacados de esta publicación, se revela un esquema actualizado de como funciona el sistema del estrés y las consecuencias que éste provoca en el organismo por causa de su descontrol”.

Como corolario, nuestro sistema de atención sanitaria es deficitario en promoción de la salud y prevención de enfermedades. “Los sistemas de salud aún mantienen su tendencia hacia una medicina donde se atiende más la enfermedad que la salud; es decir, se trata de diagnosticar y paliar las consecuencias más que ver las causas que llevan a desencadenar las distintas afecciones. Pero esto tampoco es casual, ¿cuántos son los que llevan su automóvil al taller para controles preventivos?, lo mismo puede suceder con nuestro cuerpo”.

El especialista aseguró a Salud y Bienestar  que “la mayoría de nosotros acudimos al médico cuando nos pasa algo, en busca de un remedio que solucione rápidamente el problema, sin prestar mayor atención a qué fue lo que lo provocó. Un medicamento puede ayudar a resolver el síntoma, pero las causas permanecerán presentes. Esta falta de atención a la fuente del problema, puede no ser importante en caso de alguna afección aguda, pero si lo es para ciertas enfermedades crónicas que crecen silenciosamente durante años hasta que, muchas de ellas, se manifiestan en forma grave e irreversible. Son éstas las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), que representan actualmente el mayor problema sanitario en todo el mundo”, remarcó.

Datos de la OMS y las evidencias científicas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en todo el  mundo más de 35 millones de personas debido a enfermedades cardiovasculares, carcinomas,  diabetes  y  dolencias  respiratorias  crónicas, entre otras.

El 80 por ciento de los  fallecimientos atribuidos a estas enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) ocurren en países con ingresos bajos y medios como en nuestro, y se  prevé que la  carga de las enfermedades crónicas crezca sustancialmente en el futuro. Pero estas estadísticas, que muestran solo el desenlace final, acarrea por detrás muchos años de sufrimiento personal y familiar que puede ser evitado si se toman acciones preventivas a tiempo y en distintos niveles, comenta el profesional.

Las muertes prematuras pueden evitarse aplicando un conjunto de medidas simples de manera sistemática y ordenada.

Existe suficiente evidencia científica que gran parte de estas enfermedades crónicas y la muerte prematura pueden ser evitadas o postergadas con tan solo aplicar un conjunto de medidas simples de manera sistemática y ordenada. Algunas de estas medidas, como la actividad física regular, una dieta adecuada y el manejo del exceso de estrés (distrés), han probado ser muy eficaces en la prevención primaria y secundaria de distintas afecciones como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, la hipertensión, la obesidad y la osteoporosis, entre otras, remarcó Schlimovich.

El hallazgo de personas centenarias saludables en algunas poblaciones aisladas del mundo condujo a los científicos a estudiar las posibles causas que pudieran explicar su excepcional longevidad. De hecho, muchos de los trabajos de investigación y las evidencias científicas señaladas anteriormente, fueron impulsados por estas observaciones.

Los estudios permitieron determinar que muchos de estos individuos mayores se mantenían vitales y con escasos signos de enfermedades propias de la edad. Algunas conclusiones preliminares indicaron que el buen estado de salud y la elevada expectativa de vida podrían deberse al estilo de vida, que incluyen la buena alimentación, la calidad del agua para beber, la actividad física permanente, el aire puro que respiran, y una vida espiritual y social activa, comenta el médico.

¿Cómo iniciar y mantener un estilo de vida saludable?
“No existe una fórmula única para todos”, afirmó Schlimovich, pero aseveró que “es posible aplicar esquemas generales básicos que recomienda la OMS y que han probado ser eficaces, y luego personalizar la atención para lograr el cambio de conductas que deterioran la salud y reemplazarlas por aquellas que la refuerzan. La clave está en crear un programa de promoción y prevención con un conjunto articulado de estrategias que busca el compromiso del paciente en la concientización y educación para la salud. Una vez que se conoce el problema, introducir cambios en la vida cotidiana es mucho más sencillo y existen varias formas de hacerlo, pero siempre debe ser de manera concensuada entre el médico y el paciente. Los cambios se deben dar paso a paso, y todo depende de las características de cada uno, ya que cada persona tiene sus propias creencias, hábitos arraigados y un entorno que condicionarán el resultado de las intervenciones”.

El doctor Sergio E. Schlimovich es médico especialista en Endocrinología y Metabolismo.
Experto en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Programa de la Organización Mundial de la Salud / Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS)


Fuente: ( aimdigital )

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