lunes, 9 de mayo de 2011

Despiertan conciencia

La exigencia de los consumidores europeos, norteamericanos y asiáticos respecto a las garantías que ofrecen los productos que adquieren, ha propiciado que el concepto de Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa evolucione, y ese fue el eje del Congreso de Negocios León 2011 Liderazgo Social, organizado por la Universidad DeLaSalle Bajío.

Con el aporte de Rubén Illoldi, director de Educación y Ciudadanía Corporativa de Microsoft; Sergio Herrera, director de Responsabilidad Social de Genomma Lab, así como Fernando Ramírez, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad DeLaSalle Colombia.
La Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa ha evolucionado de convertirse únicamente en acciones filantrópicas en una estrategia de negocios que se mueve en un marco de respeto de las actividades de la empresa con el medio ambiente, trabajadores, consumidores y competidores.

En noviembre de 2010 se dio a conocer el primer certificado en Responsabilidad Social denominado ISO 26000. Los ejes sobre los que se centra el certificado son: principios, gestión de la organización, prácticas laborales, medioambiente, prácticas operativas justas, y relación con los consumidores.

Al respecto, Fernando Ramírez, decano de la Escuela de Negocios DeLaSalle Colombia, señala que los consumidores latinoamericanos comienzan a tomar más conciencia de la importancia de exigirle a las empresas proveedoras de bienes y servicios un compromiso responsable con el entorno, con sus trabajadores, con sus proveedores y competidores.

‘Obviamente que la promoción de esta nueva visión de los negocios es visible en las grandes marcas, en las grandes compañías por la relación que tienen con el exterior y por la necesidad real de actuar en los negocios en un mundo globalizado’, opina.

‘La opinión pública obviamente espera el liderazgo de las grandes marcas en labores, no sólo filantrópicas sino también en las áreas de cuidado al medio ambiente y unas óptimas relaciones laborales con sus colaboradores’.

Ramírez establece que los indicadores de medio ambiente, relaciones laborales (mejores prácticas), y prácticas justas de negocio son de mucha importancia para el consumidor.

‘El consumidor quiere que la empresa sea líder no sólo en buen servicio, una buena oferta, sino que también tenga una política de responsabilidad social que responda a las necesidades globales. Hay una conciencia que está despertando por parte del consumidor latinoamericano que le exige a los líderes un buen comportamiento’.

Rememora Ramírez que la preocupación del mercado por el comportamiento de las empresas, se remonta a hace 20 años cuando se dieron a conocer a nivel mundial las malas prácticas laborales de grandes marcas norteamericanas y europeas que manufacturaban en países en extrema pobreza de Asia. ‘Con el afán de una reducción de costos esas marcas estaban en países con leyes laborales débiles, con salarios raquíticos y un índice de desempleo abrumador, que daba pie a que el sistema prevaleciera, con consecuentes y jugosas ganancias para las compañías manufactureras’.

‘A partir de esos sucesos el consumidor de EU y Europa principalmente exige a las grandes marcas un compromiso de buenas prácticas laborales, cuidado del medio ambiente, y prácticas de negocio éticas.

Hoy en día la labor de comunicación de grandes marcas resalta su compromiso social y filantrópico, lo que se convierte en un factor de compra por parte del consumidor’.

La conciencia por el cuidado del medio ambiente es una de las prioridades de los consumidores más jóvenes, por ello las empresas se han dado cuenta que deben responder a la exigencia del entorno, de sus consumidores.

‘Una empresa que desea entrar al mercado de EU o Europa debe cumplir con una serie de requisitos que le den la garantía al comercializador y consumidor que esa organización aplica una política de responsabilidad social, tiene relaciones laborales justas y cuida del medio ambiente.

Sino cumple con esos requisitos, la posibilidad de entrar a esos mercados no es posible’, resume.

Reconoce Ramírez que la ISO 26000 está diseñada para aplicarse a las grandes y medianas empresas, ‘son procesos costosos, donde la empresa obviamente tiene un respaldo económico para reestructurar procesos, generar mejores condiciones para sus trabajadores y aplicar programas de cuidado ambiental’.

La solución para llevar la filosofía de responsabilidad social a las Pymes es diseñar un certificado que se adecue a su realidad, a los recursos con los que cuentan.

Fuente: ( am.com. mx )

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