martes, 10 de mayo de 2011

El camino a una ciudad sostenible

Badenes que producen energía con el paso de los coches, carriles bici hechos con placas solares o aceras que generan luz a cada paso que damos. Estas son sólo algunas de las ideas que pueden convertir una gran ciudad en un lugar un poco más sostenible.

 

 

La contaminación en las grandes ciudades y el aumento del precio del petróleo han provocado que muchos investigadores se estrujen la cabeza en convertir elementos cotidianos de nuestras ciudades en fuentes de energía limpia. Estos son algunos ejemplos:
Pedaleando sobre placas solares: El Instituto de Investigación TNO ha diseñado un novedoso carril bici fabricado de gruesos bloques de hormigón cubiertos por una capa de células solares de silicio cristalino. El proyecto piloto se está construyendo en la ciudad holandesa de Krommenie y sus creadores esperan generar 50 kWh por metro cuadrado al año y destinar la electricidad al alumbrado público, al sistema de tráfico y al uso doméstico. También planean aplicar este invento a las carreteras.

Pintura solar para los edificios: en Gran Bretaña, investigadores y estudiantes trabajan juntos en un producto para aplicar sobre los revestimientos de acero de los edificios y capturar así la energía del sol gracias a unas "nanoestructuras de óxido de titanio con colorante" que imita la fotosíntesis de las plantas.

Asfalto que refrigera edificios: El calor que acumula el asfalto puede alcanzar 70 grados de temperatura, una fuente de energía que unos investigadores españoles intentan aprovechar para generar electricidad de una forma limpia. Se trata del proyecto Pavener y plantea un sistema basado en la circulación de un fluido a través de tuberías instaladas bajo las carreteras. El fluido funciona como un colector solar que puede ser utilizado para refrigerar edificios públicos y viviendas.

Badenes que iluminan semáforos: Los británicos trabajan en un nuevo tipo de badén que aprovecha el paso de vehículos para generar energía y alimentar farolas, semáforos o señales luminosas de las calles. Al pasar los vehículos, estas pequeñas rampas moverán unos engranajes situados bajo tierra que producirán la energía mecánica que luego se transformará en eléctrica. Con un tráfico estable, se podrían llegar a generar entre 10 y 36 KW. Según sus impulsores, 10 de estos badenes podrían generar tanta energía como una turbina eólica.

Aparcamientos que encienden cajas registradoras: Con un sistema similar, un supermercado Sainsbury's en Gloucester (Reino Unido) utiliza unas tornas instaladas a la entrada de su aparcamiento para aprovechar el paso de los automóviles que aparcan en el comercio. Según el Daily Mail, los más de 30 kw generados por el badén instalado en el suelo del aparcamiento son suficientes para que funcionen todas las cajas registradoras.

Pasos que alumbran farolas: Dar un simple paseo por la calle también puede convertirse en una nueva fuente de energía. Iniciativas como Pacesetters o proyectos como Pavegen trabajan en convertir las baldosas de los lugares más concurridos -como estaciones- en sistemas flexibles que al ser pisadas por los transeúntes generen electricidad. Esta energía puede utilizarse para abastecer el mobiliario urbano, como hacen en la ciudad francesa de Toulouse, donde utilizan la energía cinética de sus ciudadanos para iluminar las farolas –una persona puede generar en ocho metros hasta 50 vatios-.

Bailes que encienden bombillas: Otro ejemplo de cómo producir energía con nuestros movimientos es la discoteca holandesa Watt, un local sostenible impulsado por el Sustainable Dance Club. La energía captada por el suelo especial de la pista de baile se utiliza para cubrir las necesidades energéticas del local. Cada bailarín genera por sí mismo unos 20 W de potencia. Así que dos personas dan para encender una bombilla. Otra discoteca ecológica similar es la londinense Club4Climate, en la que la energía capturada por el suelo permite cubrir el 60% de las necesidades de energía de la discoteca.


Fuente: ( la sextanoticias )

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