Sumergir los pies en una pecera llena de carpas minúsculas se ha convertido en el último éxito de la terapia de embellecimiento de pies y ha causado furor en las principales capitales del mundo.
Los peces pedicuros, conocidos como los ‘Garras Rufas’ o ‘peces doctores’, del tamaño de un dedo del pie, no tienen dientes y son capaces de retirar en 15 minutos las callosidades y células muertas de los pies, evitando las limas, tijeras y otros instrumentos de pedicura. Algunos centros de belleza, incluso, han lanzado un servicio de inmersión completa para sus clientes.
El secreto de las virtudes terapéuticas para la piel radica en la saliva de estos peces, que contiene una enzima llamada dithranol, capaz de aliviar inflamaciones epidermicas, en especial la psoriasis y los eccemas.
El tratamiento como tal no es novedoso, ya que se usó por vez primera en Turquía hace muchos años, pero es cierto que se ha vuelto muy popular últimamente en salones de belleza, sobre todo en el Reino Unido, donde las caricias subacuáticas se han convertido en uno de los tratamientos corporales más demandados en la actualidad.
Indignación de los defensores de animales y advertencias de los médicos
Hace unos años el uso de las ‘Garras Rufas’ para el tratamiento corporal causó también furor en EE. UU., aunque la normativa vigente ha prohibido su uso en la mayoría de estados por considerarlo maltrato animal. Además, los científicos estadounidenses llegaron a la conclusión de que el método puede incrementar el riesgo de transmisión de varias enfermedades.
El problema está en la limpieza adecuada de los instrumentos que un podólogo debe realizar entre cliente y cliente. Pero en el caso de los peces resulta imposible cambiar los ejemplares con tanta frecuencia, debido a que los ‘devoradores’ de piel humana son demasiado caros para convertirlos en material de un solo uso.
Los británicos de momento no piensan prohibir la terapia, aunque, pese a su éxito fabuloso, han emprendido una serie de investigaciones para poder sopesar bien todas las ventajas y desventajas del tratamiento y emitir sus recomendaciones al respecto.
Las asociaciones de defensa de los derechos de los animales, mientras tanto, no paran de expresar su indignación, recordando que "los peces están protegidos por la ley" y que, además, a los 'Garras Rufas' les gustan las aguas cálidas. "Estamos realmente preocupados por el bienestar de los peces implicados en dicha práctica.(…) Es muy probable que la calidad del agua en la cual la gente sumerge los pies durante el día sea inferior a la adecuada, sobre todo si previamente se han aplicado cremas u otro tipo de lociones ", alarmó un vocero de la Sociedad Protectora de Animales del Reino Unido.
En Turquía, país de origen de peces pedicuros, el Gobierno tuvo que declarar la 'Garra Rufa' especie protegida debido a que por su éxito en el mercado de belleza estaba siendo sobreexplotada.
Mientras tanto, los deseosos de ‘soportar’ las cosquillas a diario adquieren peceras que instalan en sus propias casas para asegurarse un tratamiento personalizado continuado y con la higiene adecuada.
0 comments:
Publicar un comentario