Este aumento continúa dos años más y tras ese período se detiene, explican los autores en la edición de Archives of General Psychiatry.
El crecimiento está asociado al incremento de los pliegues cerebrales y la causa podría ser genética, destacan.
Como parte de los estudios, los académicos de la Universidad estadounidense de Carolina del Norte utilizaron escáneres de resonancia magnética para observar los cerebros de 59 niños de dos años que sufrían algún trastorno del espectro autista. También analizaron los cerebros de 38 infantes sanos.
Pruebas de conducta de los participantes, así como un seguimiento de las mediciones a los cuatro y cinco años de edad de estos infantes formaron parte de la metodología de la investigación.
Los autistas presentaban un mayor volumen de la corteza cerebral a los dos años y a los cuatro. Estos resultados sugieren que debemos estudiar los genes vinculados con la proliferación de neuronas en este temprano período posnatal, destacó Joseph Piven, autor principal del estudio.
Investigaciones previas demuestran la relación entre los trastornos del espectro autista y un aumento en el tamaño cerebral.
Para los miembros del equipo liderado por Piven, conocer las causas de estas diferencias es esencial para entender el origen de la patología, caracterizada por problemas de comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional.
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