La especialista manifestó en entrevista que existe el riesgo de que la diseminación de esta bacteria provoque que en algún momento no se cuente con un antibiótico eficaz para tratar
infecciones bacterianas graves.
Afirmó que el rápido crecimiento de la resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de los principales problemas clínicos y epidemiológicos para la salud humana, por lo que es de suma importancia tener un uso prudente de los antibióticos, evitar la automedicación y reforzar las medidas de higiene.
En diciembre de 2009 una nueva enzima denominada NDM-1 (Nueva Delhi metallo- b-lactamasa) se identificó en un paciente hospitalizado en Nueva Delhi con una infección causada por Kleibsella pneumonia.
Esta b-lactamasa fue posteriormente detectada en una bacteria en la India, Pakistán, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. Esta enzima tiene la habilidad de hacer a una bacteria resistente a un amplio espectro de antibióticos, incluyendo a los de primera elección para el tratamiento de las infecciones bacterianas resistente a antibióticos.
De acuerdo al reporte de la Agencia de Protección en Salud de Gran Bretaña la mayoría de las muestras aisladas con NDM-1 son resistentes a todos los antibióticos intravenosos para el tratamiento de las infecciones severas. Las bacterias que más comúnmente producen esta enzima son Gram negativas como la Escherichia coli y la Kleibsiella pneumonia, pero el gen que codifica para la NDM-1 se puede diseminar de una cepa bacteriana a otra por transferencia horizontal.
Esta nueva b-lactamasa no sólo se ha encontrado en bacterias de pacientes hospitalizados, sino también en el agua que se utiliza para beber y para realizar las actividades cotidianas del hogar en Nueva Delhi, India. Y se han encontrado no sólo en E. coli y K. pneumoniae, sino en otras enterobacterias, refirió Pacheco Domínguez.
Este hecho indica que las bacterias adquirieron un nuevo mecanismo de defensa en contra de los antibióticos que pueden detener su diseminación. Se ha encontrado este mecanismo de acción en bacterias de Asia, Europa, Australia y América aunque en nuestro país aún no se ha reportado, apuntó.
Igualmente, la investigadora universitaria recomendó instaurar un programa como el propuesto en la segunda conferencia organizada por el Comité Belga de Coordinación de Políticas en Antibióticos (BAPCOC por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés), que sugiere campañas de higiene en manos, indicadores cualitativos para el control de infecciones y administración de los antimicrobianos, y encuestas puntuales de infecciones asociadas a la atención médica y del uso de antimicrobianos.
Con información de la DGDC UNAM
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