jueves, 2 de junio de 2011

Conservan los ecosistemas naturales

El CIEco tiene científicos que investigan el funcionamiento de los ecosistemas en prácticamente todo el territorio nacional



La principal motivación de los científicos del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco), campus Morelia, es la conservación de los ecosistemas naturales y, al tiempo, la búsqueda de los mejores métodos para hacer compatible el aprovechamiento de sus recursos con el bienestar humano. 
 
Como se sabe, México cuenta con una gran diversidad de ecosistemas. Por eso, el CIEco tiene científicos que investigan el funcionamiento de los ecosistemas en prácticamente todo el territorio nacional: desde la sierra Tarahumara, en Chihuahua, hasta la selva Lacandona, en Chiapas.

Asimismo, este centro dispone, entre otras cosas, del Laboratorio de Ecología Genética y Molecular, donde sus miembros llevan a cabo investigaciones relacionadas con la biodiversidad, la conservación y el aprovechamiento de los recursos naturales.

Una de las líneas de investigación de este laboratorio es el conocimiento de los patrones y procesos evolutivos de especies de árboles de bosques templados en México.

“El sistema que elegimos es el del género Quercus, comúnmente conocido como el de los encinos”, dice Ken Oyama, director del CIEco.

Hasta la fecha se han contabilizado unas 600 especies de encinos en el mundo, de las cuales entre 150 y 250, dependiendo el autor, se han descrito en México. Esto muestra la gran complejidad taxonómica del género.

Otra de las líneas de investigación del Laboratorio de Ecología Genética y Molecular del CIEco es la coevolución de plantas e insectos. Al respecto, Ken Oyama comenta:

“Si pudiéramos ver cómo interactúan las especies en un ecosistema, apreciaríamos una red muy compleja en la que todo tiene que ver con todo, con diferentes intensidades. Como es imposible estudiar todas las especies de un ecosistema, decidimos enfocarnos en el estudio de los encinos y de los insectos que interactúan con ellos.”

Los encinos juegan un papel ecológico tan importante en los ecosistemas templados del país que son considerados especies clave; esto es, su existencia determina la de muchos otros seres vivos como insectos, hongos, bacterias y plantas epífitas.

Una de las líneas de investigación más de este laboratorio es la genética de la conservación de especies de plantas y animales amenazadas por uso humano y el manejo de recursos genéticos de especies cultivadas.

Dos ejemplos de casos que han sido estudiado por los investigadores universitarios es el del quetzal, que habita desde Chiapas hasta Panamá, y se encuentra en peligro de extinción; y el de los parientes silvestres de plantas cultivadas, como el chile y el jitomate.

“Con estudiantes y profesores de otras universidades a los que les interesa este tipo de problemas, hemos encontrado poblaciones silvestres de chile y jitomate con un potencial genético para ser aprovechado en programas de mejoramiento de esos cultivos. Por ejemplo, hallamos algunas poblaciones silvestres que poseen la capacidad de resistir a ciertas enfermedades producidas por virus”, finaliza Ken Oyama. (Leonardo Huerta Mendoza)

Fuente: ( El Universl.mx )

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