Recientemente un estudio publicado en el International Journal of Obesity ha corroborado cómo aquellos niños que duermen menos de 7 horas diarias muestran un incremento en el peso, superior al de aquellos que duermen un mínimo de 8 horas diarias.
Las hormonas aumentan al no dormir lo debido y de ese modo se se sobreestimula el apetito"El libro Obesity, en el que han participado más de 30 investigadores internacionales, asegura que dormir poco perturba las hormonas que regulan el apetito como la leptina y la ghrelina, por lo que el sueño de corta duración es uno de los factores que contribuye a un mayor riesgo de obesidad tanto en la edad infantil como en los adultos.
En España, está creciendo el número de personas obesas. La catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia, Marta Garaulet, asegura que "se debe a que, al no dormir las horas de sueño suficientes, nos encontramos más cansados y, debido a esto, nos movemos menos.
A esto la doctora añade "que las hormonas de control de la ingesta aumentan cuando no alcanzamos las horas de sueño debidas, con lo que se sobreestimula el apetito y comemos más".
Un reloj que se desajusta
El ritmo de vida actual provoca un desajuste cuya consecuencia es la obesidadEl problema, añade, es cuando el ritmo de vida actual hace que nuestro cuerpo sea incapaz de sincronizar los factores externos con nuestro reloj interno, provocando un desajuste cuya "consecuencia inmediata" es la obesidad.
Un reciente estudio del Kaiser Permanente Center for Health Research de Oregón (EEUU), en el que han participado 500 personas, asegura que las personas que intentan perder peso son más propensas a conseguir su objetivo si tienen menos niveles de estrés y duermen entre seis y ocho horas cada noche.
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