viernes, 3 de junio de 2011
Manglares amazónicos en peligro por la producción pecuaria
En medio del debate sobre el Código Forestal sobre la Amazonia brasileña, un informe del estatal IBGE informó de la urgencia de preservar las áreas de los manglares.
Los manglares pueblan las costas de muchas zonas tropicales y subtropicales del mundo como columna vertebral de un ecosistema que sustenta una inmensa biodiversidad. Sin embargo, su futuro está amenazado por la deforestación y la degradación de su hábitat.
A causa de su desarrollo en zonas con abundante presencia de agua, el tipo de ecosistema generado por estos bosques se conoce como "humedal".
Tienen una enorme diversidad biológica con alta productividad, encontrándose tanto gran número de especies de aves como de peces, crustáceos, moluscos, etc.
Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles.
El vocablo mangle deriva de mangrove (en alemán, francés e inglés) y es originalmente guaraní: significa "árbol retorcido".
Los mangles sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos.
Por esto se realizan plantaciones de mangles en zonas costeras de Vietnam, Tailandia, las Filipinas e India.
Hay unas 100 especies de árboles dentro de la denominación de 'mangle', todas pertenecientes a familias de plantas resistentes a la sal, a orillas del mar, en zonas de estuarios. Los árboles, que tienen una leña muy apreciada, suelen tener parte de sus troncos y sus raíces debajo del agua.
En el sitio web de Magrove Action Project se advierte que, en una época, las 3/4 partes de las costas tropicales y subtropicales estaban pobladas por mangles. Hoy quedan menos de la mitad, y la mitad de lo que queda está amenazado.
Un documento contenido en el sitio web de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que cubren unos 181.000 Km2.
De acuerdo a un estudio hasta ahora inédito divulgado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), las mayores concentraciones de carbono en el suelo de la Amazonia están en la áreas de manglares, hoy amenazadas por los cambios en las reglas del Código Forestal aprobadas en la Cámara de Diputados y que debe revisar el Senado o vetar parcialmente la presidente Dilma Rousseff.
En esos lugares, la concentración de carbono en hasta 1 metro de profundidad llega a 250 toneladas por hectárea. El promedio en Brasil para el suelo promedio es de 95 t/ha.
El resultado sorprendió a técnicos del IBGE, quienes esperaban una concentración mayor de carbono en áreas cubiertas por vegetación densa.
“Fue una sorpresa”, relató la geógrafa Rosangela Garrido, del IBGE. Para ella, el trabajo refuerza la importancia estratégica de la conservación de humedales, y su papel en el equilibrio climático.
Esos ecosistemas costeros de transición entre los ambientes terrestres y marinos, una zona húmeda característica de regiones tropicales o subtropicales, son clasificados como Áreas de Preservación Permanente (APPs) en el actual Código Forestal, y quedarán completamente desprotegidos en el caso de que el texto aprobado por los diputados pase sin modificaciones por el Senado.
Durante la presentación de la publicación Geoestadísticas de Recursos Naturales de la Amazonia Legal, el presidente del IBGE, Eduardo Nunes, dijo que la divulgación de los datos sucedía en un “momento apropiado”.
Fue verificada también la alta concentración de carbono en las áreas de la campinarana, una vegetación típica de la región del Alto Rio Negro. Hoy, no hay protección legal para las campinaranas, una formación de bosque y matorral que crece sobre suelos arenosos blancos de fertilidad limitada y esparcidos por el interior de la Amazonia. En Brasil tabién llamado chavascal, charravascal o campina.
Carbono
Se estima que en 2002, año de referencia del estudio, había 48.000 millones de toneladas de carbono en el suelo y 45.000 millones de toneladas en la vegetación remanente de la región.
En el caso específico de los manglares –que presentan mayor concentración de carbono pero ocupan una parcela relativamente pequeña de área-, la cantidad era de 280 millones de toneladas en el suelo.
“En promedio, el mundo emite 10.000 millones de toneladas de carbono proveniente de CO2 por año”, dice el ingeniero forestal André Almeida, do IBGE.
Uno de los principales méritos del estudio, dice él, es la reconstitución de la cantidad original de recursos naturales de la Amazonia.
“La cantidad de carbono que tendríamos originalmente en la vegetación, de 51.000 millones de toneladas, equivale a 5 años de emisiones del mundo entero”.
Hasta 2002, 6.000 millones de toneladas de carbono fueron eliminadas de esa cantidad de deforestaciones.
El IBGE también indicó que el 45% de toda el água subterranea potable de Brasil está concentrada en la "Amazônia Legal".
A propósito: esa área sufrió, hasta 2002, la eliminación de 2.600 millones de árboles, cerca del 13% de toda la flora con un diámetro mayor que 33 centímetros. La producción pecuaria es la culpable del 51,7% de la devastación y la agricultura del 15,2%.
Las mayores áreas de acuíferos porosos quedan en Amazonas, Mato Grosso y Pará. En la región, 12% del território está sujeto a inundaciones, inclusive áreas urbanas.
Fuente: ( Urgente 24 )
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