domingo, 26 de junio de 2011

‘Necesitamos conocer al manatí para protegerlo’

Robert Bonde (Estados Unidos) y Fabricio Rodrigues dos Santos (Brasil) visitaron el país para participar en la formulación de una estrategia de conservación del manatí.

Robert Bonde South East Ecological Science Center

Fabricio Rodrigues Universidad Federal de Minas-Gerais

Números exactos no existen. Se calcula que hay unos 5.000 manatíes en Florida, Estados Unidos, y menos de 500 en Brasil. Para Costa Rica, ni siquiera hay una cifra. 
 
Este desconocimiento, en cuanto a la especie y su población, dificulta la formulación de estrategias y leyes para su protección.

Los manatíes son mamíferos marinos que se asocian a los humedales. Por su tamaño y porque se alimentan de plantas acuáticas, popularmente se les conoce como “vacas marinas”. 

En Costa Rica, estos animales se concentran en el Caribe: particularmente, en Tortuguero.
Para identificar los vacíos de información, Robert Bonde (EE. UU.) y Fabricio Rodrigues dos Santos (Brasil) visitaron el país y participaron en un taller en el Zoológico y Jardín Botánico Simón Bolívar.

Este es un extracto de la entrevista que Bonde y Rodrigues concedieron a La Nación

Parece que, según bajamos en el mapa, hay menos manatíes...
Robert Bonde (RB): En países donde los manatíes no están protegidos, le toma más tiempo a la población crecer y recuperarse. En Florida, los manatíes confían en la gente, pero en Costa Rica no. Son esquivos y muy difíciles de observar en el medio salvaje. Por eso es tan difícil contarlos.

¿Cuáles son las mayores amenazas que tienen estos animales?
RB: En la región, las mayores amenazas son los golpes de los botes, la pesca incidental cuando quedan atrapados en las redes, la cacería y las enfermedades.
”La contaminación de las aguas donde los manatíes viven es un problema. Incluso, estos mamíferos son indicadores de la salud del ecosistema porque son afectados por los contaminantes y químicos que hay en ciertas áreas. Si podemos identificar los químicos que afectan su ambiente, también se pueden tomar acciones y no solo estamos beneficiando a una especie, sino que también a todos nosotros”.

No nos queda otra, tenemos que trabajar en conjunto para protegerlos...
RB: Exactamente. Los manatíes no pueden protegerse solos y, para eso, necesitamos leyes. Por un lado, se necesita educar a la gente sobre los manatíes, y tenemos que protegerlos porque, de lo contrario, los vamos a perder. Sería una pena que se extinguieran. Algunas veces valoramos más a la gente que a la vida silvestre, y eso es una lástima, sabiendo que podemos compartir este planeta.

¿Qué hacer?
RB: Creo que primero hay que entender la especie. Ir al campo, hacer monitoreo e investigación para determinar cuáles son los recursos y los manatíes son uno de ellos.
”Eso va a fundamentar leyes y medidas de protección. Hay que educar a la gente. Por más que exista una ley, si la gente no entiende para qué está la ley pues no tiene sentido. Los manatíes ayudan al ecoturismo y las personas se pueden beneficiar de los tours para ir a verlos en lugar de matarlos”. 

¿Cuál ha sido la respuesta de los gobiernos?
FR: Hay gobiernos que desconocen el manatí. En Brasil, por ejemplo, el gobierno reconoce el manatí antillano como críticamente amenazado y eso significa que es de altísima prioridad en conservación.

”Lo primero que tiene que hacer el gobierno costarricense es reconocer la existencia del manatí. Se debe estimular la educación y la investigación. No se puede proteger lo que no se conoce”.

¿Se ha calculado el beneficio económico que puede generar el manatí por ecoturismo?
FR: Eso es parte de la investigación que hay que hacer. Existen ejemplos en Florida.
RB: Solo a la comunidad de Crystal River llegan 100.000 personas al año para observar y nadar con manatíes. A eso se asocia la renta de botes, hoteles, restaurantes... De hecho, ahora es rentable ser un tour operador que un pescador”.

Fuente: (  nacion )

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