Paleontólogos estadounidenses y alemanes han logrado por primera vez establecer exactamente la temperatura del cuerpo de los dinosaurios. Resultó que estos animales no eran más 'fríos' que los mamíferos modernos. Estos datos sugieren una revisión de los conocimientos científicos sobre el metabolismo y el comportamiento de los dinosaurios, informan los autores del artículo publicado en la revista Science.
Desde el momento del descubrimiento de los fósiles de los dinosaurios a mediados del siglo XIX, los científicos los consideraron reptiles de sangre fría, 'lagartos terribles' que necesitaban altas temperaturas diarias que permitirían que el animal no se 'enfriara' durande la noche. Nuevos descubrimientos de la segunda mitad del siglo XX, como por ejemplo el hallazgo de grandes saurios que habitaban regiones subpolares, hizo a los paleontólogos dudar de la sangre fría de los dinosaurios. Así, una de las teorías más nuevas suponía que los grandes saurios gracias a su tamaño lograban mantener elevadas temperaturas.
Recientemente un grupo de investigadores encabezado por Robert Eagle, del Instituto de Tecnología de California (EE. UU.), descubrieron el primer método para medir la temperatura del cuerpo de los dinosaurios que no requiere de otros datos indirectos. Se reveló que la temperatura de los reptiles corresponde a cierta proporción de los compuestos de isótopos de oxígeno y de carbono en el esmalte de sus dientes.
Este conjunto se preserva perfectamente porque el esmalte es un compuesto inorgánico y no se descompone tras la muerte del organismo. Para ensayar el “termómetro de isótopos”, los investigadores lo aplicaron primero para los restos de cocodrilos antiguos y modernos, así como los de algunos animales de sangre fría, incluidos mamutes.
El estudio de los dientes de los dinosaurios herbívoros –brachiosaurios y camarasaurios, ambos géneros de criaturas muy corpulentas- reveló que la temperatura corporal de estos animales era bastante alta, de 38 y 36 grados centígrados, respectivamente.
Según explican los científicos, este hallazgo demuestra la idea de que los dinosaurios tenían una temperatura elevada en comparación con la que se predecía anteriormente, pero todavía es más baja de la que se cree que podrían tener estos animales gracias a sus grandes tamaños. En este caso, los científicos suponen que los saurios podrían tener ciertos órganos especiales para evitar el 'recalentamiento', o solamente ocultarse del calor del día.
Los investigadores opinan que aunque su descubrimiento no puede servir como comprobación de que los dinosaurios eran animales de sangre caliente, futuros estudios de los dinosaurios más pequeños podrían dar una respuesta definitiva.
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