Se la conoce como la Ciudad de las 100 Torres o la Ciudad Dorada, aunque si por algo destaca Praga es por ser un escenario encantador para un cuento de hadas. El ambiente medieval que se respira al pasear por sus calles transporta al visitante a otros tiempos. El regreso al pasado, que se experimenta cuando se recorre Praga, se acentúa con la variedad de monumentos que la visten: el Castillo, la Catedral de San Vito, el Reloj Astronómico, la Plaza Wenceslao o el Teatro Nacional. Una arquitectura que se complementa con la variedad de tiendas y mercadillos que venden las típicas marionetas o el cristal de bohemia, entre otras muchas cosas.
Es europea, pero no tiene nada que ver con el resto de capitales del mismo continente. Ese es precisamente su encanto. Quien la ha visitado asegura que se experimentan muchas sensaciones en muy poco tiempo. Estocolmo está edificada sobre 14 islas unidas por 57 puentes; el verdor, el aire puro y la continua cercanía del agua caracterizan a esta oxigenada ciudad. Además, posee el único parque nacional urbano del mundo, el Ekoparken. Una extensión de 27 kilómetros cuadrados donde se puede disfrutar de un muy refrescante baño al aire libre en pleno centro. Estocolmo es un destino obligado porque engloba naturaleza e innovación como ninguna otra ciudad europea.
Ha sido una de las urbes más caras del mundo durante algunos años. Sus inviernos son muy largos y fríos, incluso, cuando son más cálidos, no superan los 10 grados bajo cero.
Napoleón Bonaparte decía que «si la tierra fuera un sólo Estado, Estambul sería su capital». Es un enclave entre Oriente y Occidente, es la Europa de los años 50´y 60´, pero en un contexto islámico. El Bósforo, el Gran Bazar o el Palacio de Dolmabahçe son algunas de las zonas emblemáticas que hacen a la antigua Bizancio brillar como cuna que fue de imperios. Con 14 millones de habitantes, Estambul es una ciudad caótica. La zona histórica de la ciudad fue nombrada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1985 y mantiene toda su belleza.
Es la ciudad con más turismo del hemisferio sur. Sus características geográficas y urbanas la limitan a un espacio reducido, presidido por el famoso Cristo de la colina de Corcovado, desde el que puede apreciarse la urbe. Las playas de Ipanema y Copacabana son uno de los reclamos más importantes, pero Río de Janeiro destaca por su ambiente, el calor de las personas que lo pueblan y el famoso carnaval, tan atractivo para la gente carioca, como para el turista. Un clima que oscila entre los 18 y los 38 grados proporcionan un ambiente propicio para salir de fiesta y para bailar samba. Además, es la sede de Los Juegos Olímpicos en 2016.
La ciudad norteamericana dio origen al movimiento hippie y, todavía hoy, es un núcleo de tendencias. En Union Square se encuentra la moda más exclusiva, y en The Haight, los estilos de carácter folk y retro. En San Francisco, además del Golden Gate, pueden verse numerosos barrios de distintas etnias, la isla de Alcatraz en medio de la bahía. Además, merece la pena hacer un viaje en uno de los tantos coches tirados por cable. Es uno de los destinos más demandados por los propios americanos.
Con 18 millones de habitantes, es la octava ciudad más grande del mundo y la más occidental de Asia. Sus habitantes poseen un estilo moderno y en sus calles se pueden encontrar tiendas de casi todas las marcas de lujo. El año pasado acogió la Exposición Universal de 2010 y aún pueden visitarse muchos de sus edificios.
Se le llama La costa sonriente y es uno de los destinos de moda del continente africano. Sus playas son kilométricas y las bañan las transparentes aguas del atlántico. El sol, la cultura y el turismo natural son sus grandes encantos. Gambia no posee yacimientos minerales y su ‘oro negro’ es el turismo. Por eso tratan tan bien a los que les visitan.
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