El Ayuntamiento de Madrid aún no ha solicitado esa prórroga. La directiva europea 2008/50 contempla la posibilidad de que las ciudades que superan los límites tengan cinco años extra para ponerse al día, pero bajo condiciones muy estrictas. Madrid deberá, por un lado, justificar que ha hecho todo lo posible para reducir su contaminación y, por otro, "demostrar" que al final de la prórroga será capaz de cumplir. A su petición tiene que adjuntar un plan de calidad del aire con las medidas concretas que vaya a poner en marcha y que, por ahora, aún no ha redactado. "Estamos esperando a que el Ministerio de Medio Ambiente elabore el plan nacional para ajustarnos a él", aseguró el coordinador general de Medio Ambiente y Movilidad, Antonio de Guindos.
El anterior plan, llamado Estrategia local de calidad del aire, caducó en 2010 tras una vigencia de cuatro años. Ahora mismo el Consistorio no tiene ningún documento aprobado en el pleno en el que figuren las medidas que piensa tomar para luchar contra la contaminación que genera el tráfico, responsable de un 80% del aire sucio que se respira.
Sin embargo, ese plan nacional, actualmente en información pública, se retrasa. El Ministerio quiere estudiarlo con las comunidades autónomas, con las que se reunió la semana pasada. En Medio Ambiente admiten que la ministra, Rosa Aguilar, no va a poder cumplir su compromiso de llevar al Consejo de Ministros el plan nacional de calidad del aire en este mes de julio, tal y como aseguró en febrero pasado, durante un episodio de intensa contaminación que disparó los niveles de NO2 y de otros gases en ciudades como Madrid y Barcelona.Aquel episodio, que se produjo por una combinación de tráfico excesivo y anticiclón prolongado, ha tenido mucho que ver en que la media sea tan alta, justifican en el Ayuntamiento. La red ha marcado 45 microgramos de media, según datos de la página web municipal de calidad del aire hasta el 30 de junio, mientras que en el primer semestre de 2010 registró 40 -que después, con el año cerrado, subieron a los 44 finales-. "Creemos que es una cifra bastante razonable", aseguró De Guindos. "Si tenemos en cuenta el fuerte episodio de febrero, está en la línea de bajada que llevamos en los últimos años", añade.
Madrid ha reducido mucho los niveles de dióxido de nitrógeno sobre el papel recientemente. Antes de registrar 44 el año pasado, marcó 54 en 2009, pero en el Ayuntamiento son conscientes de que los datos no son comparables. Ese descenso de casi el 20% en un año no es real, ya que la red de medición se cambió en enero de 2010 de forma que algunas estaciones desaparecieron (las que peores datos habían registrado el año anterior, es decir, las situadas en las zonas con más tráfico) y otras cambiaron de sitio. La serie histórica se ha perdido a efectos de comparación.
"Hace falta tomar medidas urgentes", asegura la concejal socialista Ruth Porta, que hoy lleva al pleno una proposición para que el Ayuntamiento prepare un programa de actividades para la Semana de la Movilidad que se celebra en septiembre. "Ana Botella dice que no ve la boina de contaminación y la boina se va a comer a los ciudadanos. Hay que hacer un plan de movilidad y ejecutarlo de una vez, que no se quede, como el anterior, en el cajón de un despacho", añade.
Los 45 microgramos que suma Madrid hasta junio están lejos de los 40 que exige Europa, pero en el Consistorio restan importancia al dato. "Cuarenta es una cifra muy, muy exigente. Es realmente complicado cumplir. Ya les gustaría a otras ciudades estar en la situación de Madrid", aseguró De Guindos. El coordinador de Medio Ambiente insistió en que el dato del semestre tiene únicamente "el valor de la agregación de datos" y que habrá que esperar a final de año para evaluar la situación. "No me comprometo", respondió a si Madrid conseguirá situarse en niveles legales para diciembre.
Solo seis de las 24 estaciones de medición han registrado una media por debajo del límite que marca Bruselas. Otras dos marcan justo 40 microgramos. Están situadas en parques (Juan Carlos I, Retiro, Casa de Campo) o en zonas alejadas del tráfico del centro. En cambio, puntos como la plaza de Fernández Ladreda, en Carabanchel, o Escuelas Aguirre, en la confluencia de Alcalá con O'Donnell, y Cuatro Caminos, rebasan los 60 microgramos, superando en un 50% el máximo legal. Además, en el primer semestre cinco estaciones han superado otro límite: no se pueden exceder los 200 microgramos en una hora más de 18 veces al año. Fernández Ladreda lleva 42.
Ecologistas en Acción ve los resultados de esta primera mitad del año como un mal pronóstico. ¿Qué se puede esperar hasta diciembre? "Normalmente, que aumente o por lo menos que se mantenga" la media, asegura Paco Segura, portavoz de la organización, que aun así señala que no se puede dar nada por seguro porque depende del tiempo que haga. "La segunda parte del año, y especialmente noviembre y diciembre, es cuando más concentración de contaminantes se suele registrar en Madrid por procesos anticiclónicos similares al que se produjo en enero y febrero pasados", añadió.
El proyecto de Plan Nacional de Calidad del Aire que ha elaborado el Ministerio de Medio Ambiente prevé aplicar un peaje urbano: hacer pagar a los vehículos que entren a la ciudad. También limitar la velocidad máxima en la periferia a 80 kilómetros por hora en las horas de mayor tráfico, lo que afectaría a las vías de circunvalación y a las radiales de la capital. Medio Ambiente también quiere delimitar zonas en las que se prohíba circular a los coches más contaminantes, una medida que ya incluía el plan de calidad del aire de Gallardón de 2006, pero que nunca se puso en marcha. El Ayuntamiento rechazó valorar estas propuestas del ministerio.
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