En estas aguas se han documentado 29 especies protegidas, vulnerables o amenazadas, como son delfines, calderones, tortugas bobas y caracolas tritón. Las imágenes en las que se basa dicha propuesta de protección fueron tomadas con el robot submarino ROV durante la expedición 2010 del catamarán de investigación Oceana Ranger, realizada con el apoyo económico de la Fundación Biodiversidad.
Cartografía
Toda esta información se refleja por primera vez en una cartografía que permitirá a las autoridades diseñar medidas de protección de este espacio marino. En dichos mapas se localizan las especies documentadas en la expedición, los diferentes tipos de fondos y algunos hallazgos excepcionales que, desde el punto de vista científico, confieren a esta zona un valor especial.
Según Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa, las montañas submarinas del Canal de Mallorca “son un enclave de excepcional interés para su conservación”. Pastor subraya que la zona acoge “comunidades de alto valor ecológico y especies de interés comercial, que sin embargo se hallan en riesgo por la presencia de diversas amenazas”.
La propuesta de Oceana pretende impulsar la protección de los mares españoles frente a actividades dañinas como la pesca de arrastre. Precisamente, uno de los motivos para que la entidad pida la protección del Canal es la elevada presencia de diferentes marcas de arrastre en áreas con presencia de especies de extremada fragilidad.
Las artes de pesca agresivas, señala Oceana, como el arrastre de fondo, ponen en peligro la supervivencia de dichas comunidades y sus especies asociadas de interés comercial.
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