El avance hacia un esquema económico de izquierda no se queda sólo en cambiar el modelo productivo. También está planteado un viraje en las formas de aplicar de la Responsabilidad Social
El planteamiento apunta hacia un reparto diferente de la generación de riqueza, incluso una transformación del modelo productivo. Más intervención estatal, formas mixtas de propiedad y un sector privado con una participación más modesta en la economía son algunos de los factores que representan ese cambio en la distribución de las ganancias.
La idea del Gobierno en este formato de relaciones productivas socialistas apunta a dejar tres sectores: El estatal, las formas de producción socialista y el sector privado tradicional. La predominancia la tendrán los tipos de propiedad estatal, según lo ha proyectado el Gobierno nacional a través de su Primer Plan Socialista Simón Bolívar, también conocido como el Plan de la Nación 2007-2013.
Se trata de una fuerte reducción del sector privado, que actualmente genera alrededor de 70% del Producto Interno Bruto (PIB), y un pronunciado incremento del Estado y de otras formas de propiedad, más que todo las que el Gobierno considera afines al socialismo. De acuerdo a los datos oficiales, el sector público genera cerca de un tercio de la riqueza nacional.
Cumplir con ese programa de transición ha pasado por la intervención de cientos de industrias en el país. La política de las estatizaciones se inició con el objetivo de reactivar las industrias que el paro petrolero dejó paralizadas, pero luego se comenzaron a intervenir empresas que estaban en plena actividad. Ejemplo de ello han sido Cantv, las empresas eléctricas, las cementeras, Sidor, Lácteos Los Andes, una planta de Cargill y muchas otras más.
En varias oportunidades, sobre todo cuando se más intervención del Estado se apreció, el Presidente Hugo Chávez insistió en varias oportunidades en aplicar las 3 R: revisión, rectificación y reimpulso. La idea era que encontrar una forma de hacer alianzas con el sector privado, a fin de fortalecer la transición hacia el socialismo. En diversas oportunidades el jefe de Estado ha señalado lo impropio que resultaría eliminar la propiedad privada, temor que una y otra vez ha sido reflejado por los voceros de los gremios empresariales.
En el marco de esos cambios, algunos empresarios alertaron acerca de la necesidad de cambiar la visión sobre la Responsabilidad Social. La tendencia mundial apunta que los planes de este tipo no solo deben darse de la empresa hacia fuera, sino también hacia lo interno, es decir, a mejorar las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. Todo ello con el objetivo de que la fuerza laboral se convierta en un elemento leal hacia el empresario en caso de intervenciones del Estado.
En efecto, la visión que hay desde el oficialismo sobre la Responsabilidad Social apunta también hacia los trabajadores, pero bajo la percepción que el equilibrio entre el capital y la fuerza de trabajo debe llegar de la mano del cumplimiento de los derechos de los trabajadores, como detalló en una presentación el exdiputado a la Asamblea Nacional, Pedro Sassone.
No obstante, también se agregan aspectos relacionados con la necesidad de ser responsable con el medio ambiente. En este caso, el libro "La Política Económica Bolivariana y los dilemas de la transición socialista en Venezuela", de Haiman El Troudi, desarrolla la idea de frenar el voraz consumo de los recursos naturales por parte de las empresas capitalistas, a fin de sustituirlos por mecanismos de desarrollo que busquen la armonía entre el medio ambiente y el hombre, a través de la satisfacción de las necesidades reales.
La necesidad de la Responsabilidad Social Empresarial se mantiene en ambos esquemas económicos, pero con perspectivas diferentes.
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