Después habrá que hacer un estiramiento del surco nasogeniano, o sea la parte del rostro que sale de las alitas de la nariz y llega hasta la barbilla. El efecto "lifting" del área se logra aplicando láser en la parte interna de la boca en áreas muy específicas. “El paciente no siente absolutamente nada durante el procedimiento, el cual debe aplicarse tres veces, una vez cada tres semanas. Su efecto tendrá igual una duración de alrededor de año y medio, dependiendo de los hábitos de la persona”, continúa Porres, quien advierte que el tabaquismo puede reducir los efectos del tratamiento. La gran ventaja de este proceso, además y por supuesto de que no tiene ningún efecto sobre la salud, es que la persona no cambia, no existe el riesgo de que su expresión termine siendo otra que la suya propia, solo que rejuvenecida. “El láser funciona porque produce un calor que origina la contracción inmediata de los tejidos en contacto con el mismo, es justo un principio físico. De hecho, el procedimiento se hace cada tres semanas, porque ese es el tiempo que los fibroblastos necesitan de estimulación para que se produzca colágeno, la sustancia que estimula la adhesión de todas las estructuras del cuerpo”, dice el especialista. Cada sesión dura entre quince minutos y media hora y su precio es bastante accesible, al menos mucho más que una cirugía plástica. El paciente puede hacer únicamente el tratamiento con láser si no quiere pasar antes por el trabajo dental, aunque lo ideal es lograr una sonrisa integral. Vale decir que el surco alrededor de la boca será más profundo si el paciente ha perdido alguna pieza dental. El tratamiento no se recomienda para quienes ya se hicieron una cirugía plástica o de hilos rusos, ni para quienes ya se han aplicado botox. La edad ideal para recibirlo es entre los 30 y los 55 años.
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