La hipótesis se enmarca en una línea de teorías que asociaron algunos fenómenos prehispánicos a la presencia extraterrestre. En esa línea se encuentran las interpretaciones acerca de que las líneas de Nazca fueron trazadas por seres de otros planetas o que los petroglifos de las cuevas del Noroeste argentino muestran evidencia de presencias alienígenas.
La momia mide 50 centímetros y tiene una cabeza triangular mucho mayor que el cuerpo, sin proporción entre ambas partes. Tiene además cavidades oculares muy grandes respecto de la composición general del rostro. Sin embargo, lo que evidencia finalmente que no se trataba de un niño, es la presencia de muelas. Cerca del lugar donde hallaron este esqueleto había otra momia, envuelta en una placenta a la que le falta el rostro.
Además, el antropólogo explica que “presenta unas aletas de dos centímetros de largo y medio de alto en la parte baja del maxilar superior, características no halladas en ninguna etnia”. Tiene también la “fontanela abierta”, el espacio de unión de los huesos del cráneo.
“Si fuera una persona nacida con una severa malformación sería difícil que lo elijan para una capacocha, que es una ofrenda a los dioses. Se elegía a lo mejor de la sociedad, a los seres más perfectos. Niños bellos, doncellas. Si esta momia fuera de un alienígena sería la evidencia de una relación muy fuerte entre alguien de esa sociedad y la nuestra para que lo hayan ofrecido a los dioses a través de ese ritual”, explicó a Tiempo Argentino el museólogo Gabriel Miremont.
El profesional agregó: “Hay líneas rectas de una precisión matemática muy alta que unen los distintos caminos de las ciudades del incanato, el imperio Inca. Uno puede darle una cosmovisión positivista, muy pegada a la ciencia. Podemos preguntarnos ¿Por qué no puede haber unas civilizaciones como las nuestras?”
1 comments:
hola!!! porfavor podrias seguir publicando, sobre estos hallazgos antropologicos incas y los caminos de nasca y tambien los links
graciaS!
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