A las 11:50 de la noche del pasado domingo, el último de los 46.795 corredores que finalizaron la maratón de Nueva York cruzó la meta. Con un "cansancio supremo" e incluso algo de hipotermia, pero con la determinación intacta, el venezolano Maickel Melamed llegó al Central Park de Nueva York con la satisfacción de haber cumplido "el evento más importante" de su vida.
Fueron más de tres años de preparación para la carrera de 42 kilómetros que Melamed completó en 15 horas 22 minutos y 3 segundos, un tiempo que él repite varias veces durante la entrevista con BBC Mundo para certificar su hazaña: "15 horas, 22 minutos y 3 segundos para sentar un precedente".
Que Melamed haya terminado uno de los maratones más famosos del mundo es particularmente significativo porque se trata de un hombre que nació con un problema motor que dejó su cuerpo como "una masa inerte sin posibilidad de movimiento".
Uno de los eslóganes de Maickel Melamed es "nada es tan grande como para no intentarlo".
Pero el domingo, a sus 36 años, Melamed recorrió Nueva York a pie y dice que no tiene tiempo para acordarse de lo que él llama "algunos dolorcitos naturales" que quedaron después de la larga travesía dominical.
No ha parado de conceder entrevistas desde entonces y como él mismo dice, lo importante es la hazaña que consiguió y el mensaje que quiere transmitir.
"Estoy tan contento que esa emoción me lleva a poner en un segundo plano el cansancio que pueda estar sintiendo para, más bien, enfocarme en compartir con la gente esta vivencia extraordinaria", dijo Melamed desde Nueva York.
La carrera
Cuando Melamed habla lo hace siempre en plural.
"Aquí no llegó un hombre a la meta. Aquí llegó un mensaje."
Raras veces se refiere a su triunfo en primera persona y por el contrario señala a todas las personas que lo acompañaron en su maratónica jornada, desde su equipo de trabajo hasta quienes siguieron la carrera por las redes sociales o las más de 500 personas que él dice lo recibieron en Central Park.
"A mí me hacen bromas porque siempre hablo en plural", se ríe. "Pero es que nada que valga la pena se hace solo. Sin duda esto tampoco".
Cuando recuerda la carrera, Melamed dice que se sintieron eufóricos en la mañana, cuando comenzaron la maratón, pero que posteriormente se fueron quedando solos, lo que implica un ritmo y una concentración distintos.
"Ahí llegaron el agotamiento y los dolores, el cansancio supremo y a la vez la determinación", recuerda.
"Pero no importaba cuánto doliera. No importaba cuánto tiempo tomáramos, no importaban el esfuerzo ni el cansancio. Lo íbamos a terminar. Lo íbamos a culminar porque había mucha gente esperando a cumplir este sueño con nosotros".
Melamed llegó a la meta a las 11:50 de la noche, donde decenas de personas vitoreaban su nombre.
Ese sueño llegó casi a medianoche, acompañado de cientos de personas que vitoreaban su nombre y de decenas de personas en las redes sociales que seguían cada uno de sus pasos en línea.
Su equipo de trabajo informó que el canal de video en línea donde se transmitió su carrera llegó a tener hasta 18.000 espectadores por minuto y que fue "trending topic" en Twitter.
Melamed, a pesar de la popularidad, dice que él sigue siendo el de siempre y que "se gana con rabia pero se celebra con humildad".
El mensaje
Cuando Melamed habla de lo que espera demostrar con la carrera, también lo hace refiriéndose a su equipo.
Para él, después de todo, el triunfo es un logro colectivo.
"Aquí no llegó un hombre a la meta", dice. "Aquí llegó un mensaje".
"Ese mensaje es que nada es tan grande como para no intentarlo. Si lo sueñas, haz que pase".
Una vez se disipe la euforia inicial, Melamed se tomará unos días para "digerir y agradecer todo lo que está pasando" y luego regresará a su natal Venezuela "para seguir trabajando".
Allá, sin duda, lo espera otro sueño, un nuevo desafío.
1 comments:
Que historia.. totalmente conmovedora e inspiradora.. Y luego nos quejamos de que no podemos lograr las cosas... Wow.. felicidades que buen post..
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