Sabía que cuando un médico dictamina un diagnóstico estable hay que preocuparse o que los famosos tienen más riesgo de morirse a los 27 años que el resto de la población.
El British Medical Journal, de la Asociación Médica Británica, desmonta o confirma cada año algunos mitos sobre la salud con casos curiosos que publica en un especial navideño. Estos son algunos de los casos que recoge para este año.
Cumplir 27 ¿peligroso para la salud?
La reciente muerte de la cantante Amy Winehouse, de 27 años, reavivó la idea del llamado Club de los 27, famosos que han muerto por diferentes razones a dicha edad, algunas de ellos por sobredosis de drogas.
La muerte de Amy Winehouse a los 27 años reavivó el mito de los famosos que mueren jóvenes.
Pero ¿se les puede considerar a los 27 una edad de riesgo? La publicación médica analizó los casos de los músicos que tuvieron un álbum número en el Reino Unido entre 1956 y 2007 (1.046 músicos).
El estudio encontró una tasa de 0.57 muertes a los 27 años por cada 100 músicos. Otra tasa similar se observó a los 25 años con un 0.56 y 0.54 para los que tenían 32 años.
El riesgo de muerte para los músicos famosos a lo largo de 20 y 30 años, señala la publicación, era de dos a tres veces mayor que el resto de la población del Reino Unido.
La conclusión de la revista es que la fama puede aumentar el riesgo de muerte entre los músicos, pero este riesgo no se limita a los 27 años. Una explicación, agrega, podría ser que los músicos suelen ser famosos después de los veinte años y presentan picos de riesgo cuatro o cinco añosmás tarde.
Otra es que el "club 27" se ha convertido en un símbolo atractivo para los músicos que quieren ser más famosos (ya sea consciente o inconscientemente). Y, finalmente, que es una casualidad.
Si el diagnóstico es estable es para preocuparse
"Diagnóstico estable. A pesar de la ambigüedad de la expresión, se podría dar una impresión falsa de bienestar a otro médico cuando revise las notas de la evolución clínica del paciente"
¿Qué significa un diagnóstico estable? La expresión, comúnmente utilizada en hospitales, fue analizada por el British Journal Medical para comprobar su fiabilidad.
Para el estudio se revisaron las notas y observaciones de médicos y enfermeros sobre 46 pacientes que recibieron atención en tres hospitales de Londres. Básicamente se analizaron las notas donde estaba la palabra estable y su contexto.
"Encontramos que, a pesar de la ambigüedad de la expresión, se podría dar una impresión falsa de bienestar a otro médico cuando revise las notas de la evolución clínica del paciente. Este malentendido puede, a su vez, influir indebidamente en el rigor clínico que se aplica. Para evitar ésta situación, los médicos deben dejar de usarla frase del todo y escribirlas observación es en su totalidad o añadir frases de aclaración como: durante las últimas horas", señala la publicación.
Obras maestras gracias a la sordera
La sordera no sólo marcó la vida de Ludwig van Beethoven sino su música, mucho más de lo que se pensaba. Un grupo de investigadores holandeses ha descubierto que a medida que avanzaba la pérdida de la audición, evolucionaban sus partituras de forma selectiva.
A medida que avanzaba su sordera Beethoven prefería las notas bajas y medias a las agudas.
Las frecuencias que oía peor las utilizaba menos. Primero fueron las notas más agudas. A partir de su primera sinfonía, cuando ya la enfermedad se asomaba, Beethoven comienza a utilizar notas bajas y medias.
Él era consciente de lo que le estaba pasando y así lo reflejaba en una carta que le envió en 1801 a su amigo y médico Wegeler.
"En el teatro tengo que estar muy cerca dela orquesta para entenderlos intérpretes y desde lejos no escucho las notas más altas de los instrumentos y las voces de los cantantes. A veces también me cuesta escuchar a las personas que hablan en voz baja. El sonido que se oye es cierto, pero no las palabras. Y sin embargo, si alguien grita no puedo soportarlo", escribía
En 1814 Beethoven tuvo que utilizar una trompeta conectada a su oído interno para poder escuchar sus composiciones.
La última voluntad de un esqueleto gigante
Los dos metros y 30 centímetros de altura de Charles Byrne, el llamado gigante irlandés, siguen maravillando al mundo médico pero por primera vez se plantea un dilema ético. La última voluntad del gigante fue que sus restos se arrojaran al mar.
Charles Byrne, el llamado gigante irlandés, medía dos metros y 30 centímetros de altura y murió a los 22 años.
Desde que murió en 1783 su enorme esqueleto se ha exhibido en todo tipo de museos de curiosidades. Actualmente descansa en el Royal College del Museo de Londres.
"Ciertamente es hora de respetar la memoria y la reputación de Byrne", opinan el especialista en ética medica Len Doyal y el investigador Thomas Muinzer.
Byrne se convirtió en una celebridad en el Londres del siglo XVIII por su tamaño, provocado por un tumor en la glándula pituitaria que le estimulaba el crecimiento.
Con 22 años el gigante irlándes murió sin que se cumpliera su última voluntad de ser arrojado al mar. Su cuerpo fue comprado por el cirujano y anatomista John Hunter que solía comprarle cadáveres a ladrones de tumbas.
Doyal, de la Universidad de Londres Queen Mary, y Muinzer, de la Universidad Queen de Belfast, argumentan que ya no es necesario exhibir al gigante. "Ya ha contribuido bastante a la medicina. Además se le ha extraído el ADN para futuras investigaciones", apuntan los expertos.
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