La clave estriba en reducir las emisiones de metano y hollín, dos compuestos químicos poderosos que tienen repercusiones rápidas en el aumento de la temperatura del planeta, aseguraron los expertos.
Sin embargo, una reducción de las emisiones de metano y hollín tendría efectos favorables más rápidos, agregaron.
Debido a que el hollín modifica los patrones de lluvia, una reducción de sus emisiones también disminuiría las sequías en el sureste de Europa y partes de África, y aminoraría los problemas de los monzones en Asia, se dijo en el documento.
Dos decenas de científicos de todo el mundo enumeraron 14 métodos para combatir al metano y el hollín tras someter a ensayo computarizado 400 medidas existentes y distintas para el control de las emisiones contaminantes.
El concepto fundamental ha estado en circulación más de una década y los mismos autores elaboraron en 2011 un informe de Naciones Unidas, aunque el nuevo estudio es mucho más integral.
Los 14 métodos se aplican de manera eficaz en diversos lugares, pero no están adoptados a nivel universal, dijo el director del estudio, Drew Shindell, de la NASA. Estos métodos incluyen la captura de metano procedente de los rellenos sanitarios y las minas de hulla; la limpieza de las cocinas y los motores diesel; el cambio de técnicas de agricultura para la cosecha de arroz y la recolección del estiércol.
Si estas alternativas fueran adoptadas de una manera más amplia, la proyección del calentamiento global se reduciría nueve décimas de grado Fahrenheit (medio grado Celsius) para el año 2050, según cálculos de los científicos.
Sin estas medidas, el calentamiento global promedio se elevará casi 2.2 grados Fahrenheit (1.2 grados Celsius) en las próximas cuatro décadas, de acuerdo con las proyecciones.
Con la aplicación de estas alternativas las cosechas más importantes aumentarían al año en casi 150 millones de toneladas (135 millones de toneladas métricas) a nivel mundial.
Las fuentes de metano incluyen los rellenos sanitarios, las granjas, la extracción de hulla y las perforaciones para extracción de gas natural.
El hollín, al que los científicos llaman negro de carbón, es un subproducto de la quema de combustibles fósiles.
El hollín es un problema nada menor que emiten las cocinas que funcionan con leña, estiércol y carbón en los países en desarrollo y algunas máquinas que utilizan diesel a nivel mundial.
Reducir las emisiones de metano y negro de carbón no es la mejor opción para atacar el cambio climático, la contaminación del aire o el hambre, pero hacerlo figura entre las mejores alternativas que funcionan simultáneamente en los tres aspectos, señaló Shindell.
El cambio de enfoque para atacar la contaminación no significa ignorar las emisiones de dióxido de carbono.
"La ciencia indica que hay que comenzar con las emisiones de dióxido de carbono, incluso ahora, para lograr beneficios en un futuro distante", expresó Shindell.
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