sábado, 14 de enero de 2012
Tortugas gigantes de una especie que se creía extinta
Investigadores encuentran el genoma de este animal, que influyó en las teorías de Darwin, en algunos de sus descendientes híbridos.
Docenas de tortugas gigantes de una especie que se creía extinta hace 150 años pueden todavía estar vivas en una remota región de las islas Galápagos. Investigadores de la Universidad de Yale han descubierto la huella genética de estos animales (Chelonoidis elephantopus) en el ADN de sus descendientes híbridos. El estudio aparece publicado en la revista Current Biology.
«Hasta donde sabemos, este es el primer descubrimiento de una especie por medio del seguimiento de las huellas genéticas dejadas en los genomas de su descendencia híbrida», ha explicado el investigador Ryan Garrick. Las tortugas de Galápagos son famosas por su influencia en las ideas de Charles Darwin sobre la evolución por selección natural. Pero también son impresionantes en sí mismas: pueden llegar a pesar más de 400 kilos, llegan a medir casi dos metros yviven más de 100 años en la naturaleza. Hoy en día, varias de las trece especies que todavía sobreviven se consideran en peligro de extinción.
Las C. elephantopus fueron encontradas originalmente solo en la isla Floreana, donde se presume que desaparecieron poco después del viaje histórico de Darwin a las Islas Galápagos en 1835. Sin embargo, los genes de especies extinguidas recientemente pueden vivir en los genomas de los ejemplares de ascendencia mixta. El grupo de Yale había detectado antes los primeros vestigios del extinto C. elephantopus dentro de los once individuos que, de otra forma, pertenecían a otra especie, la tortuga C. becki, que vive en un volcán activo en la isla Isabela.
De hecho, el movimiento de las tortugas de una isla a otra por los piratas y los balleneros no era raro durante el siglo XIX, dice Garrick, y su equipo sospecha que los ejemplares de Floreana habían sido trasladadas al norte de Isabela años antes. Esos once híbridos parecen ser los últimos vestigios genéticos de un linaje evolutivo único en la naturaleza.
El hallazgo anterior inspiró a Garrick y sus colegas para tomar una mirada más cercana a lo que estaba sucediendo en el volcán Wolf de la isla Isabela, que alberga una gran población de unas 7.000 tortugas, principalmente C. becki. Ahora han analizado a alrededor de 2.000 de las tortugas para encontrar evidencias de que la raza C. elephantopus debe de estar viva.
Las comparaciones de tortugas vivas y especímenes de museo indican que los genomas de 84 individuos de la nueva muestra solo se puede explicar si uno de sus dos padres eran C. elephantopus. Según Garrick, esos ejemplares de raza pura aparentemente existen en números tan bajos que los investigadores tendrían que ser increíblemente afortunados para poder dar con uno de ellos.
Incluso si los individuos de raza pura de C. elephantopus nunca se encuentran, sus descendientes directos podría ser clave en la conservación de las tortugas gigantes. «La hibridación es considerada en gran medida perjudicial para la conservación de la biodiversidad», dice Garrick. «Pero en este caso, los híbridos pueden ofrecer oportunidades para resucitar una especie 'extinta' a través de esfuerzos intensivos de cría».
Fuente: ( abc.es )
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