Toser fuerte al primer signo de un ataque cardíaco podría salvar la vida de una persona que está sufriendo un infarto, según afirma un médico polaco. Tadeusz Petelenz, de la Fundación Cardiológica de Katowice, Polonia, explica que la acción de bombeo causada al toser vigorosamente podría impulsar la sangre a través del cuerpo e irrigar el cerebro, durante los valiosos minutos que tarde en llegar una ambulancia. Cada año una de cada 1.000 personas en el mundo occidental muere tras un paro cardíaco, la gran mayoría a causa de un problema súbito en el ritmo del corazón. En estos casos, la tos rítmica y realizada adecuadamente puede permitir al paciente permanecer consciente e incluso recuperar un latido cardíaco efectivo, ha expresado Petelenz en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología. En la actualidad, sólo una de cada 10 víctimas de paro cardíaco sobreviven sin daño cerebral grave. Por lo tanto, a los pacientes de alto riesgo se les debe enseñar a toser de manera efectiva, comenzando con una sola tos cada uno o dos segundos en tandas de cinco toses, ha comentado Petelenz. En un estudio, a 115 pacientes en Katowice que corrían el riesgo de infarto cardíaco se les entrenó para aprender a toser efectivamente en el mismo momento que comenzaran a notar un repentino dolor en el pecho y a hacerlo así en 365 ocasiones. En 292 casos los síntomas desaparecieron y sólo 73 personas requirieron atención médica, según ha informado Petelenz. Algunos médicos ya alientan a los pacientes a toser cuando están en tratamiento cardíaco intensivo en el hospital. Sin embargo, Leo Bossaert, director ejecutivo de la ESC, cuestiona si es práctico esperar que los propios pacientes se traten así en casa. |
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