El Sol tiene un papel "protector" contra los rayos cósmicos gracias a la Heliosfera, una especie de burbuja creada por los vientos solares para desviar estos rayos, destacó Smith. Si la actividad solar es menor, la Heliosfera se debilita y permite una mayor entrada de rayos cósmicos en la atmósfera terrestre, generando más isótopos de berilio que quedan atrapados a lo largo del tiempo entre las capas de nieve en la Antártida.
Los científicos esperan encontrar muestras milenarias en la Bóveda Law, en el este del Polo Sur, para someterlas a pruebas especializadas en los laboratorios. Smith y Heikkila confían obtener la historia a largo plazo de la deposición de berilio en la Tierra para después desentrañar la historia de la actividad solar.
Los dos científicos indicaron que las fluctuaciones en la cantidad de energía emitida por el Sol han tenido un rol poco significativo en el cambio climático en el último siglo, aunque no descartan que durante períodos mayores de tiempo hayan tenido una importancia más relevante.
"La relación histórica entre la actividad solar y el cambio climático de la Tierra" será uno de los aspectos que el estudio podrá aclarar.
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