Por ahora, son pocas las cifras que concretan un problema "alarmante" como es el aumento de dolencias infantiles por causas ambientales, pero a la consulta de la Fundación Alborada, especializada en medicina ambiental, llegan cada vez más menores con estos problemas.
"Me estoy encontrando con niños de seis o siete años que padecen intolerancias y desórdenes alimentarios, alergias, sensibilidad química múltiple, problemas de piel, asma, hiperactividad, problemas de peso, insomnio, irritabilidad o autismo", ha declarado la pediatra Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación.
La doctora ha informado de que desde 1965 se han creado cuatro millones de compuestos químicos diferentes, de los que unos 100.000 se producen y comercializan actualmente.
Un buen número de ellos son tóxicos y solubles en grasa, por lo que tienden a acumularse en el tejido graso de las personas, ha apuntado.
Así, en su opinión, contaminantes como los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el ozono favorecen la aparición de síntomas y exacerbaciones en niños con asma.
Aproximadamente, el 5% de niños menores de tres años son alérgicos a uno o más alimentos. Las intolerancias más comunes son a leche, huevos, soja, trigo, pescado, cacahuetes y bayas, pero casi cualquier proteína alimentaria puede causar una reacción alérgica.
Para los médicos de la Fundación Alborada, una de las razones que pueden explicar la epidemia de intolerancias alimentarias, hiperactividad o asma infantil es la exposición a sustancias tóxicas desde el embarazo, en los primeros meses de vida e, incluso, durante el nacimiento.
La oxitocina rutinaria -una hormona sintética utilizada masivamente para provocar el parto- podría estar relacionada, por ejemplo, con alteraciones de personalidad en el niño.
Cada vez son más los indicios de relación entre la "epidemia" de oxitocina y la de autismo, según el doctor Emilio Santos Leal, médico psiquiatra y ginecólogo.
Según Bernard Rimland, director de Instituto para la Investigación del Autismo, la "epidemia de autismo" es un hecho y la causa podría ser la "excesiva vacunación de la infancia".
La Fundación Alborada, creada para desarrollar la medicina ambiental en España, cree que se deben aplicar controles mucho más estrictos a la liberación de sustancias químicas y evitar la dispersión al ambiente de miles de ellas que, además, son "innecesarias".
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