sábado, 3 de marzo de 2012

Aconcagua: los terremotos también mueven montañas

El terremoto de Chile de 2010 fue tan brutal que desplazó el eje de la Tierra en unos ocho centímetros, con el resultado de que los días se acortaron levemente. Pero también ha podido tener consecuencias, junto a otros sismos anteriores, en la altura del pico más alto de los Andes, el Aconcagua. Un equipo de científicos determinará ahora si es más alto o más bajo de lo que se creía.



¿Cuál es la altura del Aconcagua? Buena pregunta. Según los libros, exactamente 6.659 metros (otras fuentes añaden tres metros más), lo que le convierte, de largo, en la montaña más alta de América. Así ha sido desde que en 1956 un equipo de científicos de Buenos Aires midiera oficialmente al gigante nevado. Ahora, sin embargo, sus proporciones han podido cambiar.

La expedición científica, que entre otras cosas demostrará que en una Tierra en constante movimiento nada es inmutable, ha hecho una medición actualizada y exacta de la altura del Aconcagua, con la sospecha de que el terremoto de Chile de 2010 ha modificado su altura, bien para hacerla aún más espigada o bien para inclinarla levemente.

Los científicos, que acaban de descender de la cumbre después de haber realizado concienzudas mediciones, aseguran que ya sólo resta “procesar la información para determinar la altura" del pico. "La expedición fue un éxito. Pudimos hacer las mediciones", subrayó el investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN) a la agencia Efe.

Cimbaro indicó que los resultados se anunciarán en abril o mayo y se cree que pueden presentar variaciones respecto a 1956, debido a los movimientos de las placas tectónicas sobre las que las que se asienta la cordillera de Los Andes, en especial tras el terremoto que sacudió a Chile en febrero de 2010, de 8,8 grados Richter.

A tenor de la marcha de los estudios, el primer éxito de la misión ha sido, precisamente, el de poder hacer las mediciones, ya que el año pasado hubo que abortar una expedición similar por culpa de la meteorología.

Cómo medir la altura de una montaña
Ahora, los expertos han medido la altura del Aconcagua por medio de estudios de gravedad (gravimetría), que difieren del sistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global) que no da referencia respecto al nivel del mar, combinados con el seguimiento de seguimiento de glaciares y de placas tectónicas.

De ahí puede venir una pequeña variación en la altura de la mítica montaña americana, tanto por la aplicación de un sistema de medición mucho más real como por el ligero “movimiento” que haya podido registrar el pico como consecuencia del terremoto de 2010.

De hecho, no sería la primera vez que un seísmo genera desplazamientos de esta magnitud.

El terremoto y posterior tsunami que sembró de destrucción el sudeste asiático en 2004 desplazó el eje de la Tierra 17,8 centímetros, el doble que el sismo de Chile seis años después. Además, está documentado cómo los terremotos pueden elevar la altura incluso de algunas islas, como es el caso de la de Santa Marta, cerca de Concepción (dos metros) o la isla Mocha, que se elevó un metro en el terremoto de 1835.

Tampoco sería la primera vez que se cuestiona la “altura oficial” de las montañas, algo que ya ocurrió con las cumbres del Himalaya, hasta el punto de ponerse en cuestión, durante un tiempo, que el Everest fuera más alto que el K-2.

Difíciles mediciones a tanta altura

Para lograr sus objetivos, los expedicionarios del Aconcagua se enfrentaron a los problemas de aclimatamiento "severos" que se producen a partir de los 4.500 metros de altitud. No todos los miembros de la expedición lograron llegar a la cima, incluido Sergio Cimbaro, del IGN, que tuvo que descender por un "edema periférico".

"Puede ser un desafío personal, pero sabíamos que no cualquiera podría llegar, por eso no descargamos en una persona la responsabilidad. Sabemos que las mediciones son difíciles, y más a esa altura", explicó Cimbaro a Efe.

La cordillera de Los Andes, la columna vertebral de Sudamérica, es producto de la colisión de placas tectónicas y sufre cambios paulatinos, en especial con los sismos de las últimas décadas.

Fuente: ( la razon )

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