Los visitantes llegaban por cientos y hasta por miles. En torno a Bomjan creció toda una industria informal de venta de recuerdos, fotos, libros, velas, estampas, comida y otros servicios turísticos. Asimismo, surgió un creciente séquito de administradores que procuraba darle las mejores condiciones para proseguir con su intento. Sus cuidadores organizaban y controlaban el flujo de las visitas y por todas partes había receptores de donativos, los cuales también manejaban. Los visitantes no podían acercarse a menos de 30 metros. En las noches montaban guardia, pero muchas personas permanecían ahí y nadie lo vio alimentarse.
Durante una larga temporada y a petición de él mismo lo cubrían con una pantalla, entre 5 de la tarde y 5 de la mañana, lo cual dio pretexto para que se supusiera que durante esas horas se alimentaba. Corrían rumores, además, de que las limosnas y donativos que la gente estaba dando se destinaban a apoyar a la guerrilla maoísta o alguna otra falange revolucionaria. Más de 7 mil dólares se reunieron durante el tiempo que estuvo meditando, por concepto de depósitos hechos por sus devotos, sin contar las donaciones hechas en el sitio mismo. Como fuera, en un principio las autoridades prefirieron no inmiscuirse para no herir los sentimientos de los pobladores.
Los fieles de Palden Dorje son numerosos. En verdad creen que este chico es un santo y como tal lo veneran. Dicen que es una reencarnación del Buda Shakyamuni y como prueba argumentan, incluso, los hechos más circunstanciales como, por ejemplo, que la madre del Buda también se llamaba Maya Devi. Dicen que Bomjan es inmune al fuego y a las mordeduras de las víboras. Ya en alguna ocasión el chico ardió espontáneamente y no le quedó marca alguna. También lo mordieron las víboras un par de veces, sin que eso le afectara. Por supuesto, eso despertó la curiosidad de los científicos. No obstante, en noviembre del 2005, Bomjan les pidió a sus seguidores, en una de las pocas veces que habló mientras estuvo sentado bajo su árbol, que no lo llamaran buda, ya que su iluminación había sido muy elemental. Dijo que apenas se encontraba en el nivel de un sabio que practica austeridades.
Todo cuanto se relataba era impresionante, de manera que los científicos querían comprobarlo. El equipo que protegía a Bomjan no se opuso pero insistió en que no se debía perturbar su meditación, por lo cual no podrían tocarlo. Los investigadores de la Real Academia Nepalesa de Ciencia y Tecnología finalmente desistieron de investigar, dadas las dificultades para hacer su trabajo como deseaban. En cambio, un equipo de la empresa Discovery Channel lo grabó en un video ininterrumpido durante 96 horas y en ese tiempo no se movió en absoluto. También, en diciembre del 2005, un comité de nueve personas del gobierno lo observó de cerca durante 48 horas y no lo vieron tomar agua ni alimentos. Ambas escuadras de escrutiñadores se pudieron acercar hasta tres metros, siempre sin tocarlo.
El 11 de marzo del 2006 el “niño buda” ya no estaba. De nuevo empezaron las especulaciones. Se dijo que las autoridades habían presionado a la familia y los “manejadores” del chico y que los habían asustado al advertirles que si se descubría que aquello había sido un montaje fraudulento los castigos serían severos. Sus adeptos, en cambio, suponían que se había ido a meditar a lo profundo del bosque, en un sitio menos accesible a la tremenda oleada de turistas y curiosos. Lo cierto es que del muchacho no se supo nada hasta que de nuevo se le vio en otro lugar de Nepal, el 26 de diciembre de ese año. Sin nada relevante que señalar volvió a desaparecer el 8 de marzo del 2007.
Entre los últimos acontecimientos, se supo que unos agentes de la policía lo habían encontrado meditando en el espacio cerrado de una plaza. También lo han grabado conviviendo con sus seguidores. Como es habitual, se soslaya el aspecto medular de su práctica y su filosofía y seguramente sólo sabremos otra vez de él en cuanto realice una nueva y osada austeridad o cuando ejecute un vistoso milagro.
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