Regreso a la vieja teoría
Idéntica a la Tierra
domingo, 21 de octubre de 2012
¿Fue la Luna alguna vez parte de la Tierra?
Nuevas teorías sugieren que los materiales que formaron la Luna
pudieron haberse originado en su totalidad en nuestro planeta.
Desde hace tiempo se cree que el satélite natural nació del impacto entre la
Tierra y otro objeto celeste hace unos 4.500 millones de años.
Pero según esta teoría, la composición química lunar debería tener elementos
distintos al de nuestro planeta, la del otro objeto, mientras que los datos
confirman que la Luna tiene elementos muy similares a la Tierra.
Ahora dos nuevas hipótesis intentan confirmar que el satélite surgió
enteramente de material desprendido por nuestro planeta.
Los modelos, propuestos por dos equipos estadounidenses del instituto de
Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés) y del
Instituto de Investigación del Suroeste, afirman que la velocidad a la que la
Tierra giraba en el momento del impacto era mucho más veloz de los que se creía
y que debido a un choque con otro objeto se desprendieron materiales de nuestro
planeta que, con el tiempo, formaron la Luna.
Las teorías, además, concuerdan con la química.
Este nueva explicación ha sido respaldada por dos recientes publicaciones en
la prestigiosa revista científica Science.
La "teoría del impacto gigante", hasta ahora ampliamente aceptada por la
comunidad científica, fue formulada por primera vez en 1970 y sostiene que la
Luna se formó de los restos que surgieron tras la colisión de la Tierra con un
protoplaneta.
Pero estos modelos indican que gran parte de los desechos originados podrían
pertenecer al protoplaneta, cuya composición probablemente era muy diferente a
la de la Tierra.
Sin embargo, esto no concuerda con lo que se deduce de los análisis químicos
disponibles. La estructura de los átomos de ambos cuerpos celestes es
prácticamente idéntica.
Según puede leerse en uno de los nuevos trabajos, "los isótopos de oxígeno y
titanio varían en gran medida en el Sistema Solar y se usan como 'huellas
dactilares' de planetas y meteoritos. Los datos muestran que La Luna y la Tierra
son 'gemelos isotópicos'".
El problema del viejo modelo es, por lo tanto, una cuestión química. Con él
se explica tanto la masa de ambos cuerpos como sus órbitas y sus rotaciones,
pero no su composición.
La velocidad a la que la Tierra giraba sobre su propio eje también es
clave.
Hasta ahora se creía que, en el momento de la formación de la Luna, nuestro
planeta giraba mucho más rápido que en la actualidad, y un día duraba tan solo
cinco horas.
Pero a tal velocidad, un impacto con un objeto extraño no podría producir
suficiente material para formar un objeto como la Luna.
Por eso, los nuevos modelos señalan que la Tierra daba una vuelta completa
sobre sí misma en apenas dos horas.
Matija Cuk, del instituto SETI, y sus colegas realizaron simulaciones en las
que la Tierra giraba sobre su eje en unas pocas horas antes del impacto, a
diferencia de las 24 que demora ahora.
El equipo pudo comprobar que, en un escenario con estas características, era
posible que un grupo de desechos provenientes de nuestro planeta formase el
satélite.
Después del impacto, la interacción gravitacional entre la Tierra y la Luna
podría haberse desacelerado hasta alcanzar la velocidad actual.
El equipo de Robin Canup, del Instituto de Investigación del Suroeste, tuvo
una aproximación distinta.
Sus simulaciones consistieron en colisiones entre la Tierra y objetos
celestes de gran tamaño, a distintas velocidades.
En este caso, el equipo también pudo producir una Luna con una composición
química idéntica a la tierra.
Fuente: BBC MUNDO
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